Una mujer italiana: Cabrini. Una vida dedicada a los inmigrantes y los pobres - Alfa y Omega

Una mujer italiana: Cabrini. Una vida dedicada a los inmigrantes y los pobres

Juan Orellana
La Madre Cabrini durante uno de sus encuentros con el Pontífice para pedir permiso para iniciar su misión
La Madre Cabrini durante uno de sus encuentros con el Pontífice para pedir permiso para iniciar su misión. Foto: A Contracorriente Films.

El director mexicano Alejandro Monteverde consigue, en su cuarto largometraje, darnos su mejor película. Comenzó una carrera muy prometedora con Bella (2006), en la que inició su relación profesional con el actor Eduardo Verástegui. Siguió una competente y madura Little boy (2015) y hace unos meses impactó al público con Sound of freedom (2023), censurada ideológicamente por algunos de los grandes periódicos de este país. Con Cabrini va más allá de toda expectativa y toca el cielo con una asombrosa producción de época que nos cuenta la aventura americana de santa Francesca Cabrini (1850-1917), la primera santa estadounidense, conocida popularmente como Madre Cabrini, canonizada por Pío XII en 1946.

Con un guion coescrito con Rod Barr (Sound of freedom), Monteverde arranca la historia con una Madre Cabrini ya adulta que ha fundado las Misioneras del Sagrado Corazón tras cerrarse el orfanato de Codogno del que era superiora. El filme comienza cuando solicita a Roma ir de misión con sus seis hermanas de congregación a China. Como era previsible, la película modifica y omite episodios de la biografía por motivos narrativos y dramáticos. También se subrayan algunas tensiones y conflictos para dar más proyección a la protagonista. La cinta ha optado por incluir una cierta perspectiva feminista —peaje imprescindible si se quiere que una producción tenga proyección y reconocimiento— que lleva a enfatizar los aspectos menos amables de sacerdotes, obispos, alcaldes, banqueros, senadores… y a obviar, por ejemplo, la influencia decisiva que tuvo en Cabrini san Juan Bautista Scalabrini. Así pues, nos encontramos a una mujer enferma que llega a una ciudad, Nueva York, donde los italianos son considerados basura y donde las autoridades eclesiásticas ni la esperan ni la quieren. Ella y sus seis monjas se instalan en un barrio de chabolas, prostitutas y delincuentes con la idea de empezar un orfanato. Su fe y su terquedad convertirán a Cabrini en la madre de todos los descartados de los barrios bajos de Nueva York. Muchos la verán como una historia de empoderamiento en un ambiente herméticamente masculino.

Si el feminismo es una de las perspectivas del filme, la inmigración es otra. Tanto el director como el productor ejecutivo, Eduardo Verástegui, son mexicanos en Hollywood. Saben lo que es ser hispano en la industria del cine, vivir bajo el peso de etiquetas y prejuicios, ser considerado de segunda categoría. Y por ello desarrollan mucho la situación humillante e inhumana en la que viven los italoamericanos de Nueva York en los años de cambio de siglo.

Se podría haber subrayado más la fe de Cabrini pero en conjunto, si nos fijamos en el resultado, estamos ante una obra espléndida, muy bien narrada, con una interpretación magnífica de Cristiana Dell’Anna y con una fotografía y dirección de arte extraordinarias. Una estupenda ocasión de cine familiar, que más allá de imprecisiones históricas, da a conocer con mucha fuerza y oportunidad la historia de una santa de una enorme actualidad.

Una mujer italiana: Cabrini
Director:

Alejandro Monteverde

País:

Estados Unidos

Año:

2024

Género:

Drama

Público:

+12 años

Cartel de 'Una mujer italiana: Cabrini'