Una medalla para visibilizar a las mujeres prostituidas - Alfa y Omega

Una medalla para visibilizar a las mujeres prostituidas

El Gobierno andaluz reconoce a las hermanas oblatas de Almería con la Medalla de Andalucía de la Solidaridad y la Concordia

Fran Otero
María Teresa Foronda (derecha) recoge la medalla

La Congregación de las Hermanas Oblatas del Santísimo Redentor de Almería recibieron el pasado domingo un reconocimiento al acompañamiento y ayuda que brindan a mujeres en situación de exclusión, muchas de ellas en contextos de prostitución y víctimas de trata: la Medalla de Andalucía de la Solidaridad y la Concordia. Un galardón que se entrega con motivo del Día de Andalucía y que ha coincidido, además, con el 50 aniversario de la presencia de las religiosas en Almería.

«Lo recibimos con mucha sorpresa porque no lo esperábamos y porque se puso en contacto con nosotras el presidente de la Junta de Andalucía. Por tanto: agradecidas, sorprendidas y contentas», explica en conversación con Alfa y Omega María Teresa Foronda, la directora del Proyecto Hermanas Oblatas de Almería, que fue la encargada de recoger la medalla.

Foronda detalla que el trabajo de las oblatas en esta zona tiene dos vertientes: los pisos de acogida y de apoyo para mujeres en contexto de prostitución o en situación de exclusión; y el trabajo de calle, esto es, ir a los lugares donde están las mujeres, que se complementa con un centro de día en el que se ofrece atención sanitaria, jurídica, formativa…

50 años dedicadas a las mujeres

Aunque el centro de su tarea siempre han sido las mujeres, explica que la situación ha ido cambiando a lo largo de estas cinco décadas. En un primer momento, su labor estaba más enfocada a la promoción de la mujer vulnerable y pobre y a ofrecerle una formación –peluquería, por ejemplo– para que pudiera desarrollarse de forma independiente.

Con la llegada de la inmigración, continúa, «el perfil ha cambiado muchísimo». Ahora son mayoría las mujeres africanas y latinoamericanas. «Muchas vienen con promesas de trabajo y se encuentran con que de eso no hay nada y que las ponen a trabajar donde ellas no pensaban», apunta.

En este sentido, denuncia que las mujeres que son prostituidas están «invisibilizadas y estigmatizadas» y añade que se las percibe «con muchos prejuicios». «Tienen derecho a una vida digna y no a vivir en condiciones infrahumanas, escondidas en invernaderos, en cortijos deteriorados… Creo que esta medalla sí puede servir para visibilizar a estas mujeres», subraya

Del mismo modo, recuerda que la pandemia está golpeando muy duramente a este colectivo de mujeres. De hecho, durante todo este año, han aumentado el número de personas atendidas. Y concluye: «Muchas, para sobrevivir, han tenido que volver a donde estaban o marcharse a sus países».