Una máquina para seguir preparando pastas rezadas - Alfa y Omega

Una máquina para seguir preparando pastas rezadas

Las Clarisas de Villarrubia de los Ojos necesitan una atemperadora de chocolate. Sor Cristina explica a Alfa y Omega que ahora bañan las pastas a mano y les supone demasiado tiempo y un gran esfuerzo físico

Ángeles Conde Mir
La atemperadora que necesitan las Clarisas cuesta 18.000 euros.

«En 4 horas bañamos a mano 100 cajas de galletas. Algunas pastas las bañamos completas, otras a mitad, otras por la parte inferior… Todo de forma manual. Es mucho trabajo y es mucho tiempo. Nos limita la producción y hace que se multiplique por cuatro el esfuerzo físico y el esfuerzo de horas», explica la madre superiora, sor Cristina, a Alfa y Omega.

Bañan a mano las pastas

La comunidad de las Clarisas de Villarrubia de los Ojos, en Ciudad Real, elabora pastas desde hace 15 años para su mantenimiento. Son solo 6 hermanas, tres de ellas tienen entre 50 y 60 años y las otras tres son mayores de 70. Bañar a mano las pastas supone mucho trabajo físico, especialmente para las mayores, pero sor Cristina es clara y afirma que lo primero es salud de las hermanas. Por eso, en algunos casos, han tenido que decir que no a algunos encargos «porque no llegábamos», reconoce la superiora.

La máquina puede ahorrar mucho tiempo y esfuerzo a las religiosas, que solo son 6 en el convento.

Con una atemperadora de chocolate, en esas cuatro horas de trabajo podrían obtener el doble de resultados y atender mejor los pedidos que les llegan. Además, la máquina puede calentar 20 kilos de chocolate en 15 minutos y mantenerlo caliente, «con el ahorro energético que eso supone», explica la religiosa. Hace unos años ya pensaron en la posibilidad de adquirir esta máquina, pero costaba cerca de 30.000 euros. Ahora han encontrado una a 18.000 euros, —«una barbaridad de dinero», exclama sor Cristina—, pero que ahora creen que, con donaciones y su trabajo, podrían pagar. De esta forma, podrían responder a todos los encargos que ahora se ven obligadas a rechazar.

Preparando la campaña de Navidad

«Es una pena porque el dulce está rico y se vende muy bien en la campaña de Navidad. Los otros meses son meses de supervivencia, por eso, hacemos lo posible por vender lo máximo para luego cubrir las necesidades de la casa el resto del año», aclara la superiora. A mediados de agosto ya casi están planificando esta campaña de Navidad. Empezarán en octubre a preparar las pastas que les encarguen desde empresas, instituciones educativas… Cuenta sor Cristina que venden mucho en Madrid. También venden online en la tienda de la Fundación DeClausura. Precisamente a través de esta fundación se ha iniciado una colecta para recaudar buena parte de lo que cuesta la máquina.

Modelo de atemperadora de chocolate que quieren adquirir las religiosas.

Con la atemperadora podrán aumentar la producción de sus exquisitas lunas de chocolate, de las noruegas de pistacho, de las espirales de bizcocho con chocolate o de los mazapanes con piñones, almendras y chocolate. «Son productos naturales de primera calidad, hemos optado por eso. La mantequilla es la mejor y el pistacho es castellano manchego, de campaña», apunta sor Cristina.

Necesitan la máquina también para mantener sus quehaceres diarios sin tener que suspender sus sesiones de formación o dejar un poco más desatendida la casa por los picos de trabajo. La oración siempre está presente hasta en el obrador que se convierte en capilla para rezar el rosario o las horas intermedias. Por eso, la Madre Cristina asegura que cada pasta que elaboran es «una pasta rezada». Así, cada pasta de las Clarisas de Villarrubia de los Ojos es una pasta con oración incluida.