Una casa abierta a todos - Alfa y Omega

Una casa abierta a todos

Enrique García Romero
Ilustración: Asun Silva.

Almudena Orellana es una niña madrileña de ocho años. Hace pocos días, Almudena, sus padres y sus dos hermanos se fueron a vivir a la Casa de Acogida Nuestra Señora de la Almudena. En la casa, vivirán tres familias que tienen algo en común: todas quieren acoger a niños que, durante un tiempo, necesitan el cariño de una familia, porque la suya no puede ocuparse temporalmente de ellos —los padres están en la cárcel, o tienen muchos problemas económicos, etc.—. Ya lo han hecho otras veces; pero ahora, viviendo juntos, será más fácil y podrán acoger a más niños.

Almudena cuenta a PequeAlfa que la idea de la nueva casa fue «de los padres de las tres familias». Luego les explicaron a los hijos cómo iba a ser esta nueva vida. A ella le parece bien, porque le gusta acoger a otros niños en su casa.

Hace tiempo, su familia acogió ya a un niño. Ella no pudo compartir la experiencia, porque «se fue casi cuando nací yo. Pero en mi casa siempre me han hablado bien de él». Además, como él ha seguido en contacto con sus padres, «luego le he conocido, y a veces hablo con él». Ahora, ese chico ha crecido, y «mide 1,83 metros… Casi da miedo». En la nueva casa, Almudena espera poder acoger a muchos más niños.

También está contenta porque se lo pasa «muy bien con los hijos de las otras familias». En total —explica—, «entre las tres familias, somos dieciséis personas. Alejandro, el más pequeño, tiene dos años; y los mayores ya van a la universidad». Almudena se lleva bien «sobre todo con Mónica, que es de mi edad».

En otra parte de la casa, vivirán también embarazadas y madres necesitadas con niños pequeños. También habrá sitio para que jóvenes sin posibilidades aprendan una profesión.

Cuando Almudena les ha contado todo esto a sus amigos, les ha parecido que «es una cosa muy original». Pero lo más importante es que cree que «Jesús está contento con nosotros». Y añade que siempre habla con Él: «Me gusta rezar».