Un religioso, desde Haití: «La gente está durmiendo en la calle por miedo a las réplicas»
El jesuita Paul-Fils Belotte fue testigo del terremoto y ahora trata de ayudar a las víctimas. «Se necesitan tiendas de campaña, pero también medicamentos, comida y agua»
Paul-Fils Belotte, SJ, director de Fe y Alegría Haití, había ido aquella mañana a lavar el coche cuando, de pronto, vio salir una mujer corriendo de una casa cercana:
—¿Qué pasa?
—Padre, la casa está temblando.
—¿Cómo que está temblando?
—Sí, y también los coches de su alrededor.
Efectivamente. Belotte dejó de mirar a aquella mujer a la cara y fijó sus ojos en el claro balanceo de todos los vehículos que se encontraba en las inmediaciones. «Entonces, me di cuenta de lo que estaba pasando. Era un terremoto. Y me sentí completamente abatido», explica el religioso en conversación con Alfa y Omega.
Belotte no pudo evitar acordarse de aquel otro terremoto, sucedido en 2010, que dejó casi 300.000 muertos y más 300.000 heridos. Aunque, «durante aquel otro temblor yo no estaba en el país, sino en Santo Domingo (República Dominicana)», que ocupa la otra mitad de la isla caribeña en la que se encuentra Haití.
En esta ocasión, el terremoto de 7,2 grados en la escala de Richter y sucedido el 14 de agosto en la zona sur del país, ha dejado ya cerca de 1.300 muertos y más de 5.000 heridos, aunque las labores de búsqueda continúan y se espera que en las próximas horas sigan aumentando ambas cifras.
Estas labores se desarrollan contrarreloj. Al país se está acercando la tormenta tropical Grace , que podría «generar inundaciones repentinas» en zonas «urbanas» y también «deslizamientos de tierra del lunes al martes», según el Centro Nacional de Huracanas de Estados Unidos.
El jesuita describe la situación como «trágica». Hay «numerosos muertos» y quienes han sobrevivido, «muchos de ellos, están durmiendo en la calle por miedo a las réplicas». El miedo no es infundado. «El mismo sábado por la noche volvió a temblar el país hasta en dos ocasiones», asegura.
Ante esta situación, «se necesitan tiendas de campaña, pero también medicamentos, comida y agua», detalla Paul, quien también pide oraciones de los católicos españoles por la situación de Haití. En este sentido, hay que recordar que el país es uno de los más pobres de América y que «los hospitales están totalmente colapsados. No pueden acoger a tanta gente».
Dentro de la gravedad, Paul-Fils Belotte, SJ, da «gracias a Dios» porque «hasta el momento no hemos tenido que lamentar ninguna víctima» entre los miembros de Fe y Alegría. «Tan solo hay daños ligeros en una de las escuelas que atendemos en Jeremie», confirma.
Campaña de Cáritas
Sobre el terreno también se encuentra Cáritas, cuyos equipos locales «han comenzado a distribuir ayuda de emergencia a los damnificados, a cuantificar el alcance de los daños y a evaluar las necesidades más urgentes a corto y medio plazo», según ha informado Cáritas Española en un comunicado.
Este trabajo está respaldado en parte por la entidad caritativa de la iglesia de España, que ha movilizado una partida de 100.000 euros para apoyar la ayuda a los damnificados. Además, han lanzado una campaña de solidaridad con Haití para canalizar la respuesta solidaria de los donantes españoles.