Un paseo de Juan María Laboa por las luces y las sombras de la Iglesia madrileña en sus 138 años

Juan María Laboa tenía «la decisión firme de no escribir nada más» hasta que la insistencia del cardenal Carlos Osoro para que publicara la historia de la diócesis de Madrid le hizo cambiar de opinión. También la idea de «que nos examinemos los creyentes de nuestra historia cristiana en Madrid», porque más allá de movimientos y realidades, todas ellas presentes en la diócesis, «somos primero bautizados, miembros de una comunidad cristiana que es la de Madrid».

El libro, que ha escrito junto a Luis Gutiérrez y está editado por PPC, ha sido presentado este miércoles, 29 de noviembre, en el espacio O_Lumen de Madrid ante un concurrido auditorio en el que se encontraban, entre otros, el propio cardenal Osoro, el cardenal Aquilino Bocos, el vicario episcopal para la Vida Consagrada, Elías Royón, y la delegada de Jóvenes de la archidiócesis, Laura Moreno.

Historia de la diócesis de Madrid tiene tras de sí «mucho trabajo de archivo», ha asegurado Laboa, y es fruto de muchas conversaciones con sacerdotes vinculados a distintos obispos de la diócesis, también de la propia vivencia de este sacerdote, teólogo e historiador. «Es una historia de aspectos positivos», ha destacado, como la generosidad de los cristianos madrileños saliendo del centro a las periferias, pero también «emocionantes, sorprendentes», y otros «que te dejan el ánimo decaído». Ha aludido en este punto a la existencia, hoy, de un «clero enfrentado y unos católicos también enfrentados», algo que se aprecia de manera «especial en Madrid».

Con todo, y como ha explicado durante la presentación Agustín Rodríguez, párroco de Santo Domingo de la Calzada, en la Cañada Real, «estamos instalados en el “qué mal está todo”, pero la cuestión de la secularización ya estaba presente a finales del siglo XIX», y los problemas de la Iglesia siempre han sido los mismos. Esto es, «una población carente de fe o incapaz de vivirla en plenitud, un pueblo en el que siempre hay gente que se nos queda fuera y la preocupación por el clero». En este sentido, se ha referido a las «pocas referencias de un determinado tipo de clero en la diócesis» y la «falta de interés en poder ser cura en determinados contextos y lugares».

En el acto ha participado también Santos Urías, nuevo delegado de Pastoral para la Zona Centro de la archidiócesis madrileña, quien ha asegurado que «este libro nos acerca a un Madrid en el que nos podemos sentir más cerca del corazón de las realidades de la Iglesia». «Ama a la Iglesia —ha concluido— y ama a la ciudad donde ha construido su ministerio».

En esta misma línea se ha expresado el coautor del libro, Luis Gutiérrez, cuando ha asegurado que el libro «es una historia de amor a la diócesis, porque Juan Mari ha vivido por y para la Iglesia». Gutiérrez ha explicado que en el volumen se entrelazan la historia más de base de la Iglesia y la oficial, «porque la historia de una diócesis es básicamente la historia de sus obispos». Así, los capítulos se organizan por arzobispos, de los que Gutiérrez ha destacado a Casimiro Morcillo, Vicente Enrique y Tarancón y Ángel Suquía. Junto a ello se contemplan otros aspectos relacionados con los 138 años de vida de la diócesis, como el crecimiento urbano y parroquial, las misiones populares, la acción caritativo-social y educativo-cultural en la diócesis, la .convivencia sacerdotal o la catequesis.