Un Emmy para Aleteia por el vídeo de un exgrafitero - Alfa y Omega

Un Emmy para Aleteia por el vídeo de un exgrafitero

José Calderero de Aldecoa
Juan Tapia en el documental. Foto: SOMOS.

El documental El grafitero que se convirtió en doctor, producido por Aleteia y la asociación médica SOMOS, recibió una nominación para el capítulo de Nueva York de los Premios Emmy. No tenía fácil alzarse con la estatuilla. «Competíamos contra las grandes cadenas estadounidenses», explica Dolors Massot, guionista y productora del vídeo. Finalmente, ha sido el filme realizado por el medio de comunicación católico el que obtuvo el 31 de octubre el galardón. «Es una doble alegría. Siempre es grato recibir un premio y, además, nos va a ayudar a difundir más la interesante labor que realiza esta asociación médica», explica Massot.

El vídeo forma parte de una serie de grabaciones encargada por SOMOS a Aleteia. «Se trata de una red de médicos que atienden a personas sin recursos de Nueva York». En concreto, El grafitero que se convirtió en doctor cuenta la vida de Juan Tapia, «una historia de superación y esperanza», subraya la productora. Es hijo de una dominicana sin recursos que se trasladó a Nueva York y se deslomó a trabajar para darle un futuro al pequeño Juan. Este, sin embargo, aprovechó la falta de control para dejar de ir al colegio. El niño se terminó uniendo a una banda juvenil, muchos de cuyos miembros terminaron muertos o en la cárcel. Pero a él lo salvó el arte callejero. No solo hacía grafitis, sino que fue uno de los primeros grafiteros de la ciudad. Esto le granjeó incomprensiones, pero también prestigio, fama e incluso le abrió las puertas de la universidad. «Con la polémica de los grafitis en los medios, un psicólogo los defendió públicamente al decir que eran jóvenes muy motivados que trataban de salir de su entorno», explica Massot. «Esto hizo que una universidad le dejara estudiar a pesar de no tener titulación». Así es como se convirtió en doctor y hoy tiene un complejo médico en pleno Bronx donde atiende a los más vulnerables y donde los grafiteros tienen las puertas abiertas para poder plasmar su arte en las paredes.