Un año después de su visita a Irak, el Papa pide luchar contra los fundamentalismos
Francisco invita a no dejar nada «sin probar» para que los cristianos sean «ciudadanos de pleno derecho» en un país que «tiene su propia dignidad» y no es «un campo de guerra»
El extremismo es una grave amenaza para la paz. Y el diálogo, el mejor antídoto. El Papa Francisco ha vuelto a insistir en esta idea al reunirse este lunes con una delegación de líderes cristianos de Irak con motivo del aniversario de su viaje al país, del 5 al 8 de marzo del año pasado. En particular, el diálogo interreligioso es un «camino de fraternidad hacia la paz».
Ante ellos, informa Vatican News, ha subrayado la necesidad de trabajar para erradicar las causas profundas de los fundamentalismos. Estos «arraigan más fácilmente en contextos de pobreza material, cultural y educativa; y se alimentan de situaciones de injusticia y precariedad, como las que dejan las guerras».
Hoy por hoy es «indispensable», según el Pontífice, la vocación de «comprometerse para que las religiones estén al servicio de la fraternidad». El camino del diálogo interreligioso, subrayó, «no es una cuestión de mera cortesía», de «negociación» ni de «diplomacia». «Va más allá»: se trata de «un camino de fraternidad hacia la paz», a menudo agotador pero que «especialmente en estos tiempos», Dios «pide y bendice».
«No es posible Irak sin cristianos»
El Pontífice inició su discurso recordando que esas tierras son «tierras de inicios» (de las antiguas civilizaciones de Oriente Medio, de la historia de la salvación, de la vocación de Abraham y de los cristianos). Pero recordó que también, como narra la historia bíblica, son tierras de «exiliados». Algo no «ajeno» a la situación actual, en la que los cristianos siguen saliendo del país, y otros muchos que se fueron antes aún son reticentes a regresar.
«No es posible imaginar Irak sin cristianos», recalcó el Papa. Puesto que Irak «tiene la vocación de mostrar, en Oriente Medio y en el mundo, la coexistencia pacífica de las diferencias», el Papa exhortó a no dejar nada «sin probar» para que los cristianos sigan sintiendo que Irak es «su casa» y que son «ciudadanos de pleno derecho, llamados a aportar su contribución a la tierra en la que han siempre vivido». Una tierra, además, que «tiene su propia dignidad, su propia libertad, y no puede ser reducido a un campo de guerra».
Con pleno reconocimiento por la labor de las Iglesias que «a través de las relaciones fraternas han establecido muchos vínculos de colaboración», el Santo Padre animó a sus representantes a que «a través de iniciativas concretas, del diálogo constante» y del «amor fraterno» sigan dando pasos hacia la plena unidad.