Un académico iraquí asegura que el Papa Francisco ha abierto un camino para el diálogo entre sunitas y chiitas
La importancia del diálogo entre el islam y el cristianismo, y en el propio seno del mundo musulmán, chiita y sunita, ha resurgido a varios niveles este pasado mes de noviembre a raíz de varios encuentros de alto nivel en los que han participado destacadas figuras de las diferentes religiones. Desde el Foro para el Diálogo en Baréin con el Papa Francisco y el gran imán de Al Azhar, hasta el Foro para la Paz en Abu Dabi con la participación de personalidades musulmanas, cristianas y judías.
Según recoge Dario Salvi en AsiaNews, al Tayyeb hizo hace unos días una petición por la unidad: «Hago un llamamiento a mis hermanos, a los eruditos musulmanes de todo el mundo y de todas las doctrinas y escuelas de pensamiento, para que promuevan el diálogo en el seno del islam». «Rechacemos juntos todo discurso de odio, provocación y excomunión», añadió el imán de la universidad de El Cairo, uno de los centros más autorizados del Islam sunita, «y dejemos de lado los conflictos antiguos y modernos, en todas sus formas».
El periodista Saad Salloum, profesor asociado de Ciencias Políticas en la Universidad al-Mustanṣiriyya de Bagdad y defensor del diálogo, subrayó en una entrevista con AsiaNews que es «fundamental» que se mantenga y refuerce entre cristianos y musulmanes, pero igualmente importante es que se afirme el «diálogo interno […] entre sunitas y chiitas» de forma concreta y constructiva. «Poner esta cuestión en el centro de atención es uno de los aspectos más importantes de los viajes apostólicos [a Oriente Medio] y de la llamada al diálogo», aseguró.
Para Salloum, «ver a cristianos y a musulmanes juntos al más alto nivel es un mensaje para la gente de a pie: hoy el Pontífice es una especie de “héroe popular”, un portador de paz y un símbolo del liderazgo religioso que tiene un impacto positivo, que el clero puede ser parte de la solución y no del problema, como ocurría en el pasado».
El profesor aseguró en la entrevista que «la lucha interna en el mundo musulmán está cambiando la identidad y el rostro de Oriente Medio». Hay dos potencias regionales —Arabia Saudita e Irán—, «y cada una representa una de las dos interpretaciones del islam. Hay muchas naciones involucradas en esta batalla, aunque muchas quisieran mantener una posición de neutralidad en este conflicto».
El papel del Papa es «empujar a los líderes políticos de estos países a pensar mil veces antes de enfocarse en la competencia. Por el contrario, deben tender puentes», constató. «Hemos sido testigos de la destrucción de muchas naciones como Siria, Yemen, Irak, Líbano y esto es uno de los reflejos de la lucha interna dentro del islam. La visita del Papa es una luz para encontrar una solución».
En el caso concreto de Irak, Salloum recalcó que «después del Dáesh y la destrucción de Mosul, Sinjar, la llanura de Nínive y los crímenes yihadistas contra la humanidad —como el genocidio yazidí—, el pueblo iraquí ha empezado a reflexionar y a preguntarse cómo hacer para que esto no se vuelva a repetir». Las mentalidades han cambiado en Irak «antes que en otras naciones. Esto se vio en las protestas de octubre de 2019, cuando muchos jóvenes de diferentes etnias y confesiones, desde cristianos a yazidíes, desde sunitas a chiitas, se reunieron en la plaza Tahrir para manifestarse en un intento de reformar el sistema político».