Ucrania, Congo, Nigeria, Mongolia y Tierra Santa, en las oraciones del Pontífice
Mongolia está sufriendo las mayores nevadas registradas desde 1975. «Estoy cerca de la población, golpeada por una ola de frío intenso, que está causando graves consecuencias humanitarias», ha afirmado el Papa, subrayando que es «un signo del cambio climático y de sus efectos»
Un día después del segundo aniversario de la agresión rusa contra Ucrania, el Papa Francisco, durante el rezo mariano del ángelus de este domingo, 25 de febrero, ha expresado su dolor y cercanía por la población, que sufre «un conflicto que se está prolongando terriblemente y cuyo final aún no se vislumbra». Es una guerra que no solo está devastando esa región de Europa, sino que desencadena una ola global de miedo y odio», ha dicho el Pontífice.
Tras suspender sus encuentros del sábado por un leve proceso gripal, el Papa ha reaparecido en la plaza de San Pedro para no olvidarse de varios lugares que se encuentran inmersos en situaciones difíciles. Francisco ha calificado de tierra «martirizada» a Ucrania, y ha pedido «una pizca de humanidad» que empuje a una solución diplomática para «una paz justa y duradera». Ha lamentado «tantas víctimas, destrucción, heridos, angustia, lágrimas, en un periodo terriblemente largo y cuyo final aún no se vislumbra».
El Pontífice, a continuación, ha instado a no olvidar la violencia en Tierra Santa y otros países: «Pensemos en los niños inocentes que han sido heridos».
A continuación, Francisco se ha unido a la oración por la paz de los obispos congoleños deseando «un diálogo sincero y constructivo». «Sigo con preocupación el aumento de la violencia en la parte oriental de la República Democrática del Congo. Me uno al llamamiento de los obispos a rezar por la paz, esperando el fin de los enfrentamientos y la búsqueda de un diálogo sincero y constructivo», ha asegurado.
El pasado sábado, en la catedral de Notre Dame du Congo, en Kinsasa, el cardenal Fridolin Ambongo celebró una Misa para invocar la paz en el país, al final de la cual recitó la oración por la paz. Esta es la oración que los obispos de la Conferencia Episcopal Nacional de Congo (CENCO, por sus siglas en francés) han sugerido que se rece al final de cada celebración eucarística dominical. El país está sufriendo los intensos combates entre el Ejército congoleño y el grupo armado M23.
Dentro de África el Papa ha dirigido otra mirada a Nigeria, donde, ha señalado, «los secuestros, cada vez más frecuentes, causan preocupación. Expreso mi cercanía en la oración al pueblo nigeriano, esperando que se hagan esfuerzos para frenar en lo posible la difusión de estos episodios».
Finalmente, el Santo Padre ha puesto en el foco internacional la situación de Mongolia, que está sufriendo las mayores nevadas registradas desde 1975. El Gobierno de Ulán Bator ha informado de muertes y de la pérdida de más de 660.000 cabezas de ganado debido al intenso frío.
«También estoy cerca de la población de Mongolia, golpeada por una ola de frío intenso, que está causando graves consecuencias humanitarias», ha afirmado el Papa, subrayando que «también este fenómeno extremo es un signo del cambio climático y de sus efectos». Por ello, ha recordado a los fieles que «hagan elecciones sabias y valientes para contribuir al cuidado de la creación».