Tras el último bombardeo ruso, Shevchuk pide a los líderes religiosos que alcen la voz

Tras el último bombardeo ruso, Shevchuk pide a los líderes religiosos que alcen la voz

En el distrito de Sviatoshyn, en Kiev, aún suenan los teléfonos de las víctimas bajo los escombros. En Yitómir, Moscú atacó a una patrulla de rescatistas

María Martínez López
Equipos de rescate entre los escombros del edificio de Kiev.
Equipos de rescate entre los escombros del edificio de Kiev. Foto: Gobierno de Ucrania.

Bajo los escombros de un edificio destruido en la noche del miércoles por el último bombardeo ruso sobre Kiev, «todavía suenan los teléfonos». Familiares y conocidos de las víctimas del distrito de Sviatoshyn, aún intentaban localizarlos. Dos niños seguían desaparecidos. Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de Kiev y primado de la Iglesia grecocatólica ucraniana, eligió el pasado miércoles este macabro detalle para condenar el «ataque bárbaro» que causó «otra noche de terror» en la capital. Poco duró la alegría por el breve alto el fuego anunciado por Putin con motivo de la Pascua.

La operación, con misiles y drones, dejó ocho civiles muertos («también se encontró un fragmento de un cuerpo humano») y más de 70 heridos, «incluidos niños y una mujer embarazada». En un comunicado, Shevchuk expresa su «más sentido pésame a las familias de las víctimas». Pide para ellas «que el Señor, resucitado de entre los muertos, acoja en su Reino sus almas». Reza asimismo para que conceda «la curación y la fuerza a los heridos.

Además de la capital, donde se produjeron los mayores daños, las fuerzas rusas golpearon las regiones de Yitómir, Poltava y Dnipropetrovsk, en el centro de Ucrania; las de Járkov y Sumi en el noreste y la de Zaporiyia en el sureste. El ministro del Interior ucraniano, Igor Klimenko, denunció que en concreto en Yitómir Rusia atacó a una patrulla de rescate que atendía a los heridos de un primer bombardeo. Uno de los miembros, dijo, resultó herido. «Ataques a civiles, a servicios de emergencia mientras salvan gente. Ese es el estilo de Rusia», subrayó.

El primado grecocatólico no alude a este hecho en su comunicado. Sí da las gracias «a todos los rescatistas, médicos y soldados que esta noche, sin miedo y con espíritu de sacrificio, salvaron vidas, y que ahora continúan operando en el lugar de la tragedia, extrayendo personas de los escombros y brindando asistencia a quienes más lo necesitan». A estos trabajadores los califica de «guardianes de la humanidad y del amor mutuo».

Shevchuk exhorta, por último, a que «los líderes religiosos de todo el mundo unan sus voces, hagan un llamamiento común y actúen juntos para poner fin a la agresión rusa en Ucrania». Deben ayudar no solo a que «las armas callen» y «cesen los combates», sino además a que «se establezca una paz justa y duradera. Porque hoy Cristo Resucitado, nuestra paz, está entre nosotros y nos infunde su aliento de paz». Su comunicado concluye con esta invitación: «Ayudemos a detener la guerra. Ayudemos a Ucrania a resistir y vivir».