Victoria Cárdenas: «Nicaragua es una gran cárcel»
La mujer de Juan Sebastián Chamorro, preso en la cárcel desde hace más de siete meses, ha tenido que exiliarse del país al ser acusada de traición a la patria. Su delito fue pedir la liberación de los presos políticos encarcelados
¿Desde cuándo no ve a su marido?
Mi esposo Juan Sebastián Chamorro lleva siete meses detenido arbitrariamente. Los primeros tres, simplemente desapareció. No sabíamos dónde estaba o si estaba vivo. Y después de eso, ha estado incomunicado por periodos largos, lo cual está calificado como tortura en el derecho internacional. En estos siete meses solo han sido permitidas cuatro visitas. En mi caso personal, no le he podido ver desde el día en que se lo llevaron. Desde que comencé a pedir su libertad, fui acusada por el régimen de Daniel Ortega de traidora a la patria y no puedo volver a mi país porque también acabaría presa.
¿Cuándo tuvo que salir del país?
Salí un par de semanas después de que se lo llevaron detenido.
¿Qué ocurrió aquel 8 de junio, el día de su detención?
Se lo llevaron de una forma arbitraria, sumamente violenta, en horas de la noche. Ocho vehículos policiales llegaron a nuestra casa y más de 40 policías saltaron los muros. Nosotros estábamos fuera y él se puso en el suelo, con las manos abajo, y no paraba de pedir que no me hicieran nada a mí. Durante cuatro horas allanaron mi vivienda, llevándose lo que ellos quisieron. Después, se fueron. Desde ese momento, sentí una violación a mi hogar, a mi familia y no pude regresar allí.
¿Y sabe si su marido se encuentra bien? ¿Cuál es la última noticia que ha tenido de él?
Nadie está bien en las cárceles de Nicaragua, aunque él está resistiendo. Está fuerte emocionalmente, pero las condiciones son muy precarias. Tienen interrogatorios diarios sin el acompañamiento de su abogado. Las luces en su celda están encendidas las 24 horas, y hay otros presos que están en total penumbra. La comida es sumamente mala, por lo que algunas personas están llegando a la desnutrición. Mi esposo ha perdido ya más de 35 libras [unos 15 kilos] en estos siete meses. Tienen muy poco acceso al sol. Están en total indefensión, ya que solo han podido ver a su abogado en una sola audiencia. Actualmente, sus casos están suspendidos, por lo que están detenidos indefinidamente. Cada día que pasa en esa celda su vida, y la del resto de presos políticos, corre peligro. De ahí, la urgencia de que el régimen libere a todos los presos políticos de una manera incondicional y con garantías.
Hace una semana se celebró la toma de posesión de Daniel Ortega como presidente de Nicaragua. ¿Qué mensaje le gustaría transmitir ante este suceso?
Yo no lo llamaría toma de posesión ya que no hubo unas elecciones. Lo que hubo fue una farsa electoral. Ortega no tuvo competencia, la encarceló por entero. Los partidos que participaron en las elecciones fueron partidos colaboracionistas. Así que no es un día de regocijo para los nicaragüenses. Más del 80 % de los electores mostraron con la abstención que no están de acuerdo con el régimen.
Hoy estoy aquí representando a los familiares de todos los presos políticos, y para exigir la liberación inmediata de cada uno de ellos. Son inocentes.
¿Qué otras paradas tiene previstas en su plan de viaje?
Ahora estamos ahora en Madrid, [con un primer encuentro en la Casa de América], y luego nos vamos a Ginebra y Bruselas. La idea es reunirnos con el Gobierno de estos países, con los embajadores de la UE y los embajadores de las Naciones Unidos. También con los medios de comunicación, la sociedad civil, los defensores de los derechos humanos y todos aquellos que nos abran las puertas para escuchar lo que está pasando en Nicaragua. Las violaciones de Derechos Humanos. Esto ya no es una crisis sociopolítica únicamente, esto es una crisis humanitaria.
¿Ha podido ver al presidente del Gobierno de España?
No hemos tenido contacto con él, pero ahora vamos a ver al ministro de Exteriores y a la presidenta de la Asamblea.
¿Por qué han decidido comenzar esta gira por España?
España ha sido un país que siempre ha apoyado a Nicaragua y ha defendido los derechos humanos y la democracia. Esperamos que siga liderando este apoyo y pueda tomar medidas coordinadas con el resto de países que creen en la democracia. Hay que decirle al régimen que no pueden seguir actuando con impunidad.
¿Cuál es la situación actual en el país? Hace tiempo que no llegan noticias.
Nicaragua es una gran cárcel y los nicaragüenses están silenciados por miedo a la prisión. Los que temen por su vida han tenido que ir al exilio. Tenemos más de 100.000 personas exiliadas. El exilio, por lo menos, nos da una oportunidad a las personas como yo de hablar por los que no tienen voz, de hablar por los presos políticos y denunciar las violaciones de los derechos humanos que se están viviendo en el país.
La presión internacional ha sido fuerte, pero Ortega sigue en el poder. ¿Tiene esperanzas de que la situación mejore a corto plazo?
Claro que sí, la esperanza es lo último que vamos a perder. Estamos del lado de la verdad. Nuestros familiares son inocentes. Su único delito ha sido denunciar la situación que se vive en Nicaragua y no vamos a descansar hasta no verlos en libertad.
¿Espera que su marido pueda salir pronto de la cárcel una vez que ha pasado la toma de posesión de Ortega?
Por supuesto. Son inocentes y nunca tuvieron que acabar en la cárcel. Así que exigimos la liberación inmediata de todos los presos políticos en Nicaragua.
¿Cómo definiría el papel de la Iglesia ante la situación del país?
El papel de la Iglesia ha sido, siempre, sumamente importante. Han apoyado, de forma constante, al pueblo nicaragüense. Ha sido muy valiente. Y esperamos que siga así. Igual el Vaticano, al que le pedimos su apoyo ante esta crisis humanitaria.