Taitantos: malas palabras y el paso del tiempo, un cóctel explosivo - Alfa y Omega

Qué difícil es hacer críticas de teatro sobre obras de humor en las que hay tantos puntos y momentos buenos como en esta que nos ocupa. O a lo mejor soy yo, y mis ganas de transmitir a todos lo mucho que me reí en el Teatro Bellas Artes, pero, francamente, se hace difícil animar a ver esta obra sin desvelar sus chistes y sus grandes frases… esas frases que, cuando las oyes piensas… «que no se me olviden», y que son tan buenas que incorporas inmediatamente al vocabulario de tu día a día.

Pues eso, que lo primero que hago es animaros a todos a ir a ver Taitantos, porque el guión es tan brillante, que, sobre todo si sois mujeres, os sentiréis tan identificadas que no dudaréis en «adoptar» las expresiones de la protagonista.

Pero vayamos al meollo de la cuestión, a la obra en sí. Y me surge entonces una pregunta: ¿por qué cierto tipo de mujeres, entre las que me incluyo, somos tan tontas para pasarnos la vida intentando gustar a todo el mundo y acabamos, muchas veces, olvidándonos de nosotras mismas? Mujeres inteligentes, cultas, preparadas, guapas, o al menos, como decía Coco Chanel, bien arregladas para suplir ciertas «fealdades». Mujeres que deberían triunfar son mujeres que, al final, acaban inmersas en un mar de complejos, dudas y preocupaciones por los que les rodean. Falta de autoestima, dirá alguno de los lectores de Hoyenlacity… puede, pero os aseguro que hasta la estima más alta se ve socavada por los comentarios y las actitudes de los habitantes de nuestros mundos cercanos.

La protagonista de la obra es una bloggera de moda que, a pesar de inculcar a su audiencia, a su hija y a sus amigos, que no hay que dar importancia a los comentarios, sino ser fiel a una misma y ser feliz, acaba hundida gracias a eso… a un simple comentario. Una palabra, mal dicha, en un mal momento, puede hacer tanto o más daño que una patada. ¿Y quién no ha experimentado eso? Que levante la mano la persona a la que ningún comentario le afecta ni le preocupa… a ver… a ver…

Taitantos muestra el poder de la «palabra usada para el mal», y también, la capacidad de las mujeres para justificarlo todo, y encontrar una excusa o una buena razón para perdonar o encontrar sentido a lo que nos pasa, sobre todo a lo que nos hace daño.

Los hombres que pasan o han pasado por la vida de la protagonista, de Susana Duarte, juegan entonces un papel fundamental. Y, mientras, ella, intentando agradar, intentando que no la afecte, intentando ser feliz, haciendo siempre lo que los demás esperan de ella, pero no lo que ella espera de sí misma… Sí, me imagino que todo esto parece más un drama existencial que la obra de humor de la que hablaba al principio… pero es que, muchas veces, la mejor manera de acercarse a realidades importantes es a través del humor.

Y junto con la importancia de la palabra y de la tendencia a complacer al mundo olvidándose de una misma, en la obra, y de ahí su título, se destaca el paso del tiempo… otro punto en el que las mujeres, a pesar de todos los avances, seguimos siendo las grandes perdedoras… Taitantos es una palabra que fue acuñada, por primera vez, si mi memoria no me falla, por una de las actrices más grandes de este país, precisamente para no decir su edad cuando la preguntaban… Y Taitantos es una obra en la que el tiempo es el protagonista oculto y central. Lo dice muy bien la publicidad con la que se anuncia: «De todas las batallas perdidas por las que nos deprimimos, nos alegramos, nos angustiamos, nos venimos arriba o abajo, nos ponemos al borde de un ataque de nervios o nos estresamos…sin duda la más graciosa es nuestra constante lucha contra el paso del tiempo. Queremos que pase más deprisa o más despacio, que se detenga, que avance o retroceda, y todo esto, aunque tenemos la certeza de que un segundo, casi con toda seguridad, tardará en pasar un segundo». Bueno, ¿verdad? Y cierto.

No quiero terminar esta crítica sin hacer dos menciones especiales. La primera, por supuesto, a Nuria González, la actriz protagonista. Siempre he admirado especialmente a los actores que se enfrentan a una obra en solitario, con todo el peso sobre sus hombros… Y cuando supe que Nuria González era la que lo iba a hacer en Taitantos, no dudé en verla. Tenemos su cara, y su sonrisa, grabadas en nuestra retina desde hace años, y es de esas actrices a las que coges cariño solo por los buenos momentos que te ha hecho pasar con sus trabajos. Aquí, nuevamente, lo borda, como se suele decir. Una gran actriz, y una elegantísima mujer… Y aquí llega la segunda mención, con la que cierro. No os perdáis el maravilloso vestuario con el que Nuria da vida a Susana Duarte, y que ella luce a la perfección. No es un vestuario más, es el vestuario perfecto, y para los que nos gusta la moda, una tentación.

Pues ahora sí que solo me queda animaros a ver Taitantos, en el Teatro Lara, dirigida por Coté Soler y con texto de Olga Iglesias. No os la perdáis, merece la pena.

Taitantos

★★★★☆

Teatro:

Teatro Bellas Artes

Dirección:

Calle Marqués de Casa Riera, 2

Metro:

Banco de España

OBRA FINALIZADA