Sus manos mágicas al servicio de la humanidad - Alfa y Omega

Sus manos mágicas al servicio de la humanidad

El cardiólogo Magdi Yacoub es uno de los distinguidos con el Premio Zayed, dotado de un millón de euros y que promueve los valores plasmados en el documento sobre la fraternidad humana desde el año 2019

Victoria Isabel Cardiel C.
Magdi Yacoub fue pionero en realizar un trasplante de corazón
El cirujano fue pionero en realizar un trasplante de corazón. Foto: Magdi Yacoub Foundation.

Podría decirse que Magdi Yacoub casi ha pasado más días dentro del quirófano que fuera. Sus manos mágicas han trasplantado órganos en más de 25.000 ocasiones. Su currículo es, de hecho, un epítome impecable de operaciones célebres. En 1980 convirtió a Derrick Morris en la undécima persona en desafiar a la muerte con un corazón donado. Los médicos le aconsejaron que no hiciera planes más allá de seis meses, pero llegó a vivir 25 años más, lo que le convirtió en el paciente de este tipo más longevo de Europa. Yacoub tiene hasta un récord Guinness por haber realizado 100 cirugías en tan solo un año. Este cirujano egipcio, que ahora tiene 89 años y está retirado de los hospitales, también ha visto morir, pero ha resucitado mucho más. Plantó el bisturí en 2001 para dedicarse a la investigación. A él le debemos, por ejemplo, las investigaciones para crear tejidos de corazón humano a partir de células madre realizadas en el Imperial College de Londres. Según dice, la inspiración le llegó tras ver una escultura del artista británico Antony Gormley en la que se representaba un corazón humano que después cedió al hospital de Harefield, donde Yacoub ha levantado la mayor red de trasplantes de corazón y pulmón del mundo. Este centro londinense de excelencia para el que ha trabajado durante décadas ha realizado, gracias a su disciplina militar en el quirófano, más intervenciones a corazón abierto que ningún otro. «Los estudios sobre moléculas y genes son fundamentales; necesitamos saber cómo interactúan las células. Cuando fui cirujano cardiotorácico por primera vez en la Fundación Británica del Corazón, llené mi departamento con un 70 % de científicos puros. Me decían: “¡Pero usted es cirujano!”, y yo respondía: “Quiero hacer mejor mi trabajo”». Y, efectivamente, resultó una buena elección. «Hoy en día todo el mundo reconoce que la medicina es multidisciplinar y la biología molecular, desarrollada a partir de los proyectos genómicos, demuestra que todos somos iguales, pero también diferentes unos de otros: esto es lo que dio origen a la medicina personalizada», resume.

Ahora suma a su prodigiosa carrera el Premio Zayed, otorgado por el Alto Comité para la Fraternidad Humana, que pudo recoger en persona el pasado 2 de febrero en Abu Dabi, donde hace cinco años el Papa pulverizó la lógica del conflicto de civilizaciones de la mano de uno de los principales líderes del islam sunita, el gran imán Ahmed al Tayeb. Como fruto del Documento sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común, la ONU lanzó cada 4 de febrero un Día Internacional de la Fraternidad Humana. «Me siento honrado de recibir este premio por muchas razones pero, sobre todo, porque nos ayudará a seguir ofreciendo los mejores tratamientos a pacientes que no tienen acceso a una mínima atención médica y que necesitan que se les cuide», declaró Yacoub que, además de a la cirugía, ha dedicado su vida a recaudar fondos para tratar a los enfermos de los países con menos recursos.

En 1995 fundó la organización benéfica Chain of Hope en el Reino Unido, «un sistema que nos permite no solo tratar a pacientes, sino llevar servicios a zonas abandonadas». Hace 40 años, en África y Sudamérica «tratábamos a los pacientes y luego nos íbamos, pero no funcionaba. Nos dijimos: “No estamos haciendo lo suficiente” y creamos esta cadena de esperanza» que cuenta con centros sanitarios asociados en los países en los que opera.

El médico egipcio, que también ha abierto hospitales especializados en cardiología en Etiopía, Mozambique, El Salvador y Ruanda, manifiesta que su meta es que la salud «esté al alcance de todos, de todas las etnias y confesiones, según criterios de excelencia y sostenibilidad. Tenemos la obligación moral de poner nuestros conocimientos al servicio de la humanidad». «Intentamos aliviar el sufrimiento y ofrecer lo mejor de forma gratuita, respetando la dignidad de los pacientes y atendiéndolos con excelencia», explicó tras recibir el galardón. Un sueño necesario en un mundo repleto de
desigualdades en el acceso a los servicios sanitarios.

Los otros premiados son…

Yahya Cholil Staquf, de la organización Nahdlatul Ulama, cuyos esfuerzos diplomáticos lograron la liberación del personal surcoreano secuestrado por los talibanes en Afganistán en 2007.

La monja chilena Nelly León, religiosa del Buen Pastor y líder de la Fundación Mujer Levántate, que se ocupa del proceso de reinserción de mujeres que salen de la cárcel en América Latina.

Haider Nasher, presidente de Muhammadiyah, que lideró la resolución de varios conflictos en el sur de Filipinas y en el sur de Tailandia y proporcionó ayuda humanitaria a los refugiados rohinyá en Bangladés.