Somos minoría - Alfa y Omega

¿Cuántos somos? ¿Cuántos practican? ¿Cuántos sacramentos celebramos al año? ¿Hay vocaciones o conversiones? ¿Cuántas instituciones (escuelas, residencias, parroquias…) quedan «como antes»?

Según la estadística que se escoja el número de católicos estará en rápido o en discreto aumento. O, al contrario, en lenta disminución o en caída libre. Según el criterio que se prefiera, se pondrán en evidencia los cierres de parroquias o, al revés, los nuevos carismas. Según en lo que se quiera insistir se hablará de los católicos influyentes y en puestos importantes o de la disminución del número de familias cristianas.

En cualquier caso, hay que integrar el hecho de que somos minoría. Y esto no es la constatación de un fracaso. Es la toma de conciencia de tener una misión que cumplir.

Cuando Jesús describió cómo se imaginaba a sus discípulos dijo que éramos como la sal y como la luz. La sal tiene que estar presente en la comida, aunque no en exceso, pues sería incomible. Pero la sal tiene que estar donde se cuenten las habas, de lo contrario se apelmaza en su tarro y no sirve para nada. Y la luz, por pequeña que sea, tiene que ser distinta de la oscuridad para que tenga una razón de ser. La pequeña llama de la vela ilumina la habitación, aunque el centro de esta llama sea misteriosamente oscuro e incomprensible para algunos de los moradores de la casa.

Aceptar que somos minoría es no estar sorprendidos de que el mundo se organice legal y socialmente con otros criterios, es prever que se nos ridiculizará y se ignorarán nuestros tesoros humanos y espirituales. Pero eso no cambia el apego que le tenemos a Jesús y a su comunidad, la Iglesia. Somos minoría sí, pero con una conciencia muy clara de ser sal y luz a disposición de un mundo a menudo insípido y tenebroso. Somos minoría servidora de la humanidad, como el colibrí que desea apagar el incendio con el agua de su pico. Somos minoría que surge en los caminos peligrosos del siglo XXI y recoge a los maltrechos y apaleados que otros dejaron medio muertos. Somos minoría que sigue dando gracias al Cristo que nos llamó y al que pedimos valor y coraje en nuestras oraciones. Somos minoría portadora de una misión de compasión y justicia. Sí, lo somos, en Argelia… y en España.