Solo Dios basta
«Los escritos teresianos son más la historia del misterio y de la acción de Dios en santa Teresa que la narración de su propia vida». Son palabras del vicario general del Arzobispado de Madrid, Avelino Revilla, en la inauguración de las Jornadas Teresianas Tras las huellas de santa Teresa de Jesús, organizadas los días 8 y 9 de junio por Alfa y Omega en colaboración con la Asociación de Amigos Ana de San Bartolomé.
Ese «solo Dios basta» es la clave interpretativa del «milagro de la vida de santa Teresa de Jesús como contemplativa, como escritora y como fundadora».
Cerca de 200 personas participaron en unas jornadas protagonizadas en su primer día por la actriz Candelas Pérez, que ha obrado la proeza de sintetizar en un monólogo de unos 40 minutos la vida y obra de la Santa, presentándola de forma cercana al público actual, sin descuidar la fidelidad a los aspectos históricos en una puesta en escena minimalista pero muy efectiva. Antes de esta actuación, la escritora Asun Aguirrezabal recordó la actualidad de la Mística Doctora, pues «en un siglo en que las mujeres no pintaban nada, ella se pudo meter en el mundo varonil, con buen carácter, abriendo un camino que ha llegado hasta hoy, para que la mujer puede decir en la Iglesia, igual que el hombre, lo que Dios nos pide a cada uno».
El jueves fue el turno de la más fiel consejera de santa Teresa, la beata Ana de San Bartolomé, a quien Teresa amaba con locura y a quien solía decir que, aunque a ella le correspondiera la fama, la verdadera santa era la discípula. La escritora Belén Yuste –coautora entre otros libros de Una carmelita en Flandes– ofreció una conferencia sobre esta beata, indispensable para comprender a su maestra. «Siendo una campesina toledana, que no sabía escribir, acabó siendo la sombra de santa Teresa, su secretaria, su enfermera, su confidente –dijo Yuste–, y ya en tierras de Flandes, la consejera e íntima amiga de la infanta Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y en aquel momento gobernadora de los Países Bajos, que no tomará ninguna decisión de trascendencia, ni política ni personal, sin consultar con la beata». Ana de San Bartolomé es aún venerada en Amberes.
Tras esta conferencia, puso el broche de oro a las jornadas la musicóloga y mezzosoprano Sonnia L. Rivas-Caballero, pareja artística habitual de Belén Yuste, que interpretó a capela tres poemas de santa Teresa de Jesús y de Ana de San Bartolomé sobre melodías de la música popular renacentista, la misma con la que ambas cantaban en sus oraciones. Los temas, incluidos en el disco Recital Teresiano, son fruto de un trabajo de investigación de varios años. Tras la actuación, el público pudo acercarse a contemplar dos reliquias de la beata (una del hábito y otra de la toca), junto a una carta manuscrita.