Una parroquia de Madrid se vuelca para ayudar a otra en extremos distintos de la ciudad
Los feligreses de San Antonio de las Cárcavas, en Valdebebas, abarrotan los bajos del templo de productos infantiles que necesitan en la parroquia de San Ramón Nonato, en Puente de Vallecas
Lo que empezó como un comentario sencillo durante una comida de confraternidad sacerdotal ha acabado en una gran campaña de solidaridad interparroquial. Miguel Caballero, párroco de San Antonio de las Cárcavas, en Valdebebas, coincidió con su compañero de curso José Manuel Horcajo, párroco de San Ramón Nonato, en Puente de Vallecas, en la comida que hace su promoción todos los años en Navidad. El primero le contó al segundo cómo la gente le lleva a la parroquia, para quien lo necesite, cosas que ya no usan de sus niños: carritos de bebé, cunas, ropa, juguetes… Y el segundo le reconoció que eso les vendría fenomenal en la suya.
«Valdebebas está creciendo muchísimo y hay muchos niños, pero esos niños también crecen», señala el párroco de las Cárcavas. Comenta que iba mucha gente a verle y a decirle «si nos podían dejar carritos». Por eso sabía que, si organizaban una recogida para la parroquia de Vallecas, daría fruto. Quizá lo que no esperaban era la respuesta tan generosa. «Lo pusimos en nuestras redes y se ve que fue rulando», porque el salón parroquial del sótano se les empezó a llenar de cosas. Unos 10 metros de ancho por 15 de largo hasta arriba. «Ha donado gente de la parroquia y gente de fuera, con fe y sin fe, vecinos que se enteraron por sus asociaciones de vecinos… Me consta que ha venido mucha gente».
El pasado lunes, 29 de enero, se hizo el traslado. De la parroquia San Ramón Nonato fueron en una furgoneta y dos coches con los que hicieron siete viajes para poder trasladarlo todo. Es esta una iglesia con mucha actividad pastoral y atención a los desfavorecidos. José Manuel Horcajo, su párroco, señala cómo la Providencia actuó en este caso: «De la amistad sacerdotal ha salido este pequeño milagro. Hubo una oportunidad y una necesidad». Además, valora el hecho de que «unos feligreses tan alejados se encuentren».
Señala que esto ha sido el comienzo de una buena amistad interparroquial. Ya han diseñado una Operación Kilo y una Operación Bebé y encuentros de testimonios para que los unos puedan agradecer y los otros conocer. «Detrás de una donación de objetos hay una donación personal y un rostro, y la misma dignidad es la de quien da como la de quien recibe».