«Sin el diálogo entre jóvenes y abuelos, la historia no avanza»
El Papa Francisco pide una alianza entre generaciones en la primera Jornada Mundial de los Abuelos
En la celebración de la primera Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores, el Papa Francisco ha pedido a los jóvenes y a los abuelos que colaboren en la construcción de la sociedad. En concreto, tras el rezo del ángelus, ha afirmado que «sin diálogo entre los jóvenes y los abuelos, la historia no avanza, la vida no puede ir adelante».
«Pido al Señor que esta fiesta nos ayude a los mayores a responder a su llamada en esta época de la vida, y a mostrar a la sociedad el valor de la presencia de los abuelos y de los mayores, especialmente en esta cultura del descarte. Los abuelos necesitan a los jóvenes y los jóvenes necesitan a los abuelos. ¡Deben hablar entre ellos, deben encontrarse! Los abuelos tienen la savia de la historia que sube y da fuerza al árbol que crece», ha añadido el Pontífice.
Minutos antes, en la basílica de San Pedro, se celebró la Eucaristía con ocasión de la jornada y que fue presidida por Rino Fisichella después de que los médicos se lo desaconsejasen al Pontífice. Sin embargo, Francisco hizo llegar la homilía que había preparado para la celebración y que leyó el arzobispo italiano.
En el texto, ha mostrado su preocupación por «una sociedad que corre, atareada e indiferente, afanada en tantas cosas e incapaz de detenerse para dirigir una mirada, un saludo, una caricia» y ha subrayado que los abuelos «tienen hoy hambre de nuestra atención, de nuestra ternura, de sentirnos cerca».
En línea con lo manifestado tras el ángelus, ha recalcado que «tenemos necesidad de una nueva alianza entre los jóvenes y los mayores, de futuro, de soñar juntos, de superar los conflictos entre generaciones para preparar el futuro de todos».
«Sin esta alianza de vida, de sueños y de futuro, nos arriesgamos a morir de hambre, porque aumentan los vínculos rotos, las soledades, los egoísmos, las fuerzas disgregadoras. Frecuentemente, en nuestras sociedades hemos entregado la vida a la idea de que cada uno se ocupe de sí mismo. Pero eso mata. El Evangelio nos exhorta a compartir lo que somos y lo que tenemos, ese es el único modo en que podemos ser saciados», dijo.
Que los Juegos Olímpicos sean «signo de esperanza»
También tras el ángelus, Francisco se ha referido a los Juegos Olímpicos que el pasado viernes se inauguraron en Tokio: «Que sean, en esta época de pandemia, un signo de esperanza, una señal de fraternidad universal bajo la bandera de la sana competencia. Que Dios bendiga a los organizadores, a los atletas y a todos los que colaboran en esta gran fiesta del deporte».
Por otra parte, el Papa ha mostrado su solidaridad y cercanía con la población de Zhengzhou (China), donde las lluvias torrenciales han provocado devastadoras inundaciones. «Rezo por las víctimas y sus familias», ha concluido.