Shevchuk ve «inoportuno» que ucranianos y rusos participen juntos en el vía crucis - Alfa y Omega

Shevchuk ve «inoportuno» que ucranianos y rusos participen juntos en el vía crucis

Muchos católicos ucranianos consideran «incomprensibles e incluso insultantes» los textos preparados para la celebración del Viernes Santo en el Coliseo romano

Redacción
Shevchuk durante la celebración de la consagración de Ucrania y Rusia al Inmaculado Corazón de María en Zarvanytsia, el 25 de marzo. Foto: CNS.

El líder de la Iglesia grecocatólica ucraniana se sumó el martes a las críticas a que en el vía crucis del Viernes Santo en el Coliseo de Roma participen juntas una familia ucraniana y una familia rusa. «Esta idea es inoportuna y ambigua y no tiene en cuenta el contexto de la agresión militar de Rusia contra Ucrania», manifestó Sviatoslav Shevchuk en un comunicado en respuesta a la petición de múltiples medios de comunicación.

El texto subraya también que el arzobispo mayor ha recibido muchas peticiones de sus fieles y de la sociedad civil, tanto desde Ucrania como desde el extranjero. «Para los grecocatólicos de Ucrania, los textos y gestos de la XIII estación son incomprensibles e incluso insultantes». Sentimiento que, asegura, comparten los católicos romanos. Y que es especialmente intenso «en el contexto del próximo ataque que esperamos de las tropas rusas contra nuestras ciudades y pueblos». Y que será, se teme, «aún más sangriento».

Desde la oficina del arzobispo mayor en Roma se añade que Shevchuk «ya ha hecho conocer al Vaticano las numerosas reacciones negativas de muchos obispos, sacerdotes, monjes, monjas y laicos» pidiendo que se revise esta idea. No rechazan los gestos de reconciliación, pero afirman que «solo serán posibles cuando la guerra haya terminado y los culpables de los crímenes contra la humanidad sean condenados con justicia».

«Será difícil reconciliarnos»

El texto preparado para la XIII estación, que recoge la muerte de Jesús (se trata de un vía crucis basado en el relato evangélico y no en las estaciones tradicionales), empieza diciendo que «la muerte está en torno y la vida parece perder valor. Todo cambia en pocos segundos», y las cosas cotidianas como «ir a buscar a los niños a la escuela» desaparecen. «¿Por qué todo esto? ¿Qué culpa cometimos? ¿Por qué nos has abandonado? ¿Por qué has abandonado a nuestros pueblos? ¿Por qué has dividido de este modo a nuestras familias?».

«Sabemos que Tú nos amas, Señor, pero no percibimos este amor, lo que nos hace enloquecer», continúa. La paz al despertarse por la mañana termina cuando «nos acordamos inmediatamente de que será difícil reconciliarnos. Señor, ¿dónde estás? Háblanos desde el silencio de la muerte y de la división, y enséñanos a reconciliarnos, a ser hermanos y hermanas, a reconstruir lo que las bombas habrían querido aniquilar».