Shevchuk apoya la ley que prohíbe en Ucrania la actividad de la Iglesia ortodoxa ucraniana
La ley asegura que la Iglesia ortodoxa ucraniana «es una extensión ideológica del régimen del Estado agresor, cómplice de crímenes de guerra y de lesa humanidad»
«Dado que el entorno religioso en Ucrania se ha convertido en blanco de los ataques de Rusia, el Estado está obligado a reaccionar ante los portadores de la ideología del “mundo ruso”, tal como lo hacen todos los países europeos contra la difusión de la ideología del Estado Islámico y sus extremistas religiosos». Son las contundentes palabras del arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana, Sviatoslav Shevchuk, en un encuentro que ha mantenido en Kiev con el nuevo embajador italiano en Ucrania, Carlo Formosa.
El líder religioso ucraniano departió con el diplomático y hablaron sobre las relaciones entre la Iglesia y el Estado. En el marco de esa conversación, Shevchuk se ha referido a la decisión de la Rada, el parlamento ucraniano, que ha aprobado el proyecto de ley número 8371 por 265 votos a favor, 29 en contra y 4 abstenciones.
La norma establece la prohibición de las actividades de organizaciones religiosas que tengan vínculos con Rusia en el territorio ucraniano.
El arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica ucraniana estima que la ley no es injusta porque «la libertad religiosa y la paz son condiciones fundamentales para el futuro de Ucrania». Así, destaca que «en los territorios ocupados no hay libertad religiosa y no hay presencia de ningún sacerdote católico».
La ley asegura que la Iglesia ortodoxa ucraniana «es una extensión ideológica del régimen del Estado agresor, cómplice de crímenes de guerra y de lesa humanidad perpetrados en nombre de la Federación Rusa y de la ideología del “mundo ruso”», y, por eso, prohíbe su existencia en el territorio ucraniano.
En su articulado, tal y como explica la Agencia Fides, recoge los dos criterios que imposibilitarían la presencia de una organización religiosa extranjera en territorio Ucraniano. El primero sería tener su sede en un Estado «reconocido como aquel que ha llevado a cabo o está llevando a cabo una agresión armada contra Ucrania y/u ocupar temporalmente parte del territorio ucraniano». El segundo «apoyar directa o indirectamente una agresión armada contra Ucrania».
Ambos requisitos los cumpliría, por tanto, la Iglesia ortodoxa ucraniana dado que su patriarca, Cirilo, ha declarado la invasión de Ucrania como «una guerra santa» de Putin necesaria para mantener «el espacio espiritual único de la región».
La Iglesia ortodoxa de Ucrania y los miembros del Consejo Panucraniano de Iglesias y Organizaciones Religiosas, que representa a los distintos organismos cristianos, judíos y musulmanes de Ucrania, ya habían expresado su apoyo a la ley en una declaración. «El patriarcado de Moscú justifica los pogromos y las restricciones a la libertad religiosa, la tortura y los asesinatos de sacerdotes y pastores, y pisotea cínicamente los mandatos de Dios y las normas básicas de la moralidad universal», indicaba. Por su parte, el presidente Volodímir Zelenski subraya que la ley también protege «la independencia espiritual» de Ucrania.