Servitas - Alfa y Omega

Servitas

Joaquín Martín Abad
Foto: www.servitasmalaga.es

Cada 17 de febrero se conmemora a los siete santos fundadores servitas, canonizados por León XIII en 1888: Bonfilio, Bonayunto, Manetto, Amideo, Ugoccio, Sostegno y Alexio. Merece la pena nombrarlos porque la liturgia los refiere anónimamente con el colectivo de hermanos, naturalmente de la Orden de los Siervos de la Virgen María.

En el siglo XIII estos siete laicos formaban la junta de una cofradía florentina llamada Sociedad de Santa María. El 15 de agosto de 1233 recibieron la inspiración de fundar una orden –mendicante al estilo del tiempo, de religiosos laicales y luego también sacerdotes– como servidores de la Virgen. El 8 de septiembre iniciaron la vida en común en Villa Camarzia, aunque formalmente comenzaron su vida consagrada monacal con la anuencia episcopal en 1234, en un terreno del monte Senario que les ofreció el cabildo catedral de Florencia. Recibieron la aprobación pontificia en 1249.

El primer monasterio de los servitas en España fue construido en 1497 en Ladruñán, pueblo del maestrazgo turolense; en 1727 se trasladaron al vecino Cuevas de Cañart, donde aún se ven las ruinas de la iglesia (pues en 1835 fueron suprimidos en España todos los monasterios de servitas), pero el pueblo sostiene un proyecto de restauración. Y vinieron a Madrid cuando en 1949 se les cedió la iglesia de San Nicolás. Ahora radica en ella la parroquia para católicos de lengua italiana.

Las servitas, que también hay desde el siglo XIII como monjas de clausura, están en Madrid en un monasterio bajo la advocación de Nuestra Señora de los Dolores, construido en 1948 en la calle Arturo Soria; desde este monasterio se fundó otro en Mozambique. En el inicio, las servitas estaban en la calle de San Leonardo (detrás del edificio España) monasterio fundado en 1608 y agregado a la orden en 1643; pero el edificio quedó tan derruido por la guerra que, al no tener con qué reconstruirlo, se cambió el terreno para la construcción del actual.

Antes, en 1489, las servitas fundaron en Sagunto un monasterio y otro en Valencia en 1597, que en 1941 trasladaron a Mislata. De este monasterio es sor María Guadalupe Ricart, la primera servita española beatificada por su martirio en la persecución religiosa del siglo XX.