Semeraro: «Llegan causas de beatificación por entrega de la vida, pero no son numerosas»
El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semeraro, ha inaugurado este miércoles una nueva edición del curso Las causas de los santos, en la Universidad Eclesiástica San Dámaso. Afirma a Alfa y Omega que ya están pidiendo a los obispos de todo el mundo casos de testigos de la fe de cara al Jubileo de 2025, insistiendo en que «no deben ser necesariamente de la Iglesia católica»
Una de las primeras noticias del Jubileo de 2025 fue la recuperación de una comisión dedicada a proponer ejemplos de testigos de la fe sin canonizar. ¿Ya se están recogiendo casos?
Ya ha habido alguna reunión y en este momento se está preparando una carta para que los nuncios la transmitan a los obispos, pidiéndoles que nos indiquen figuras que puedan ser incluidas en este elenco. Les decimos también que no deben ser necesariamente de la Iglesia católica, sino que también pueden ser de otras. El empeño es lograr información sobre estas figuras que, a pesar de no cumplir todos los requisitos para un proceso de canonización, son testigos de la fe.
¿Qué papel juega esta comisión en el acento que el Santo Padre quiere dar al Jubileo?
Durante el Jubileo del año 2000 Juan Pablo II quiso instituir la Comisión de los Nuevos Mártires, encargándosela a la Comunidad de Sant’Egidio, que recogió mucho material y generó un archivo. El Papa Francisco ha querido retomarla, pero no ya ligada a un Jubileo sino como una institución permanente ligada a nuestro dicasterio. El objetivo no es canonizar a mártires. Con la referencia al martirio hablamos de testimonios de fe, también bajo esa nueva forma del ofrecimiento de la propia vida. Hay muchas formas de testimonio, de amor a Cristo y de fidelidad a la Iglesia. Y las encontramos también fuera de los confines jurídicos de la Iglesia católica.
El Papa Francisco ha querido marcar dos temas de cara al Jubileo: en primer lugar una renovada atención al Concilio Vaticano II, y por otro lado el tema de la esperanza. De algún modo, los veo los dos unidos en la expresión de san Juan Pablo II, en el Jubileo del año 2000, cuando dijo que el Vaticano II es una profecía para la vida de la Iglesia; que no es algo que está detrás de nosotros sino delante, hacia lo que debemos mirar. Francisco repite esta idea cuando dice que para empezar a aplicar un concilio pasan 80 años. Todo esto pone el concilio en el horizonte, no como algo ya pasado.
En 2017, como ha mencionado antes, el Papa abrió una nueva vía de beatificación, por la entrega heroica de la propia vida. ¿Están avanzando las causas de este tipo?
Empieza a llegar este tipo de casos, pero aún no son numerosos. Ya se ha terminado de estudiar dos, uno de los cuales ha seguido adelante y otro no. Algunos están todavía en fase de estudio. Un ejemplo de esta vía es el del militar italiano Salvo D’Aquisto. En 1943, durante la invasión nazi en Italia, se ofreció a morir en lugar de 22 prisioneros que iban a ser ejecutados.
Al ser un supuesto nuevo, ¿están surgiendo obstáculos o dudas que haya que solventar?
Realmente no. Los obispos locales son los que tienen que presentar estas figuras, y nuestra comisión de teólogos e historiadores las examina. Se sigue el mismo procedimiento para verificarlas. Esta tipología querida por Francisco en algunos aspectos se parece al martirio; solo que en muchos casos de testimonios de fe no hay una iniciativa de un perseguidor que cause la muerte.