La Secretaria de Estado vaticana ha establecido que el único título honorífico de monseñor que se concederá en lo sucesivo será el de capellán de su Santidad, atribuible sólo a sacerdotes mayores de 65 años, no de 35, como hasta ahora. Sin embargo, el título continuará usándose, entre otros, para obispos y en las oficinas de la Curia Romana. Una carta circular a las nunciaturas informa a los episcopados de esta decisión, que no tiene «efectos retroactivos».