Se apaga el volcán de La Palma: «No hemos perdido todo» - Alfa y Omega

Se apaga el volcán de La Palma: «No hemos perdido todo. Toca renacer como isla y como comunidad»

El párroco de la zona más afectada ya prepara la vuelta al templo de San Isidro, que se ha quedado a ocho metros de la lava y que será el símbolo de la reconstrucción

Fran Otero
El volcán de Cumbre Vieja el 25 de diciembre, el día que se dio por finalizada oficialmente su erupción
El volcán de Cumbre Vieja el 25 de diciembre, el día que se dio por finalizada oficialmente su erupción. Foto: Europa Press / Cézaro de Luca

Cuando el pasado 20 de septiembre, un día después de que el volcán de Cumbre Vieja en La Palma empezara a escupir lava, entramos en contacto por primera vez con el padre Alberto Hernández, párroco en la zona más afectada, nadie imaginaba que la erupción duraría tanto. Aquel día, el sacerdote abría la casa rectoral donde vivía –luego tuvo que abandonarla– para acoger a afectados y se acercaba a los vecinos que esperaban en sus coches que esperaban volver a sus casas. Fue uno de los primeros gestos de una Iglesia que ha estado en primera línea en esta crisis y que ha continuado con la labor de Cáritas, que ya ha atendido a más de 600 personas.

Han pasado tres meses y el volcán sepultó cientos de casas dejando sin hogar a numerosas familias y provocó el desalojo de otras por seguridad. También engulló una iglesia, la de San Pío X en Todoque, y se quedó a ocho metros de la de La Laguna, San Isidro, ambas en el municipio de Los Llanos de Aridane.

La plaza donde se enclava este último templo, más tarde también desalojada, fue testigo de la recepción del rey Felipe VI a los vecinos más afectados y donde el monarca confesó al padre Alberto que estaba rezando por la situación. Hoy, este lugar, donde ya trabajan las máquinas para abrir la carretera general que pasa por allí, va a ser uno de los símbolos de la reconstrucción. «Pensamos que perdíamos este lugar. Al final, lo conservamos y es un motivo de esperanza», explica en conversación con Alfa y Omega el sacerdote.

También va a ser una referencia para el municipio –así lo han manifestado las autoridades– por su valor simbólico y, de hecho, ya están pensando en organizar algo especial el día que vuelva la Eucaristía al templo. «Es un signo de que no hemos perdido todo, que hay un punto desde donde comenzar a reconstruir. Ese espacio es un punto de partida y también de acogida para los vecinos del barrio de Todoque», añade.

Aunque los operarios trabajan a marchas forzadas, la fecha de regreso todavía es una incógnita, pues solo podrá ser efectiva cuando no haya riesgo para la salud. Todavía hay niveles de toxicidad bastante altos en el aire en esta zona de La Palma y, por tanto, no se puede permanecer en la zona más de un tiempo prudencial para labores de limpieza o llevar enseres.

Los vecinos rehabilitarán el templo de La Laguna

«No tiene sentido habilitar el templo si no hay vecinos. Esperaremos a que estén allí y luego empezaremos a limpiar y recolocar. Además, quiero que sean ellos los artífices de la vuelta a casa. Lo están demandando», afirma Hernández.

El párroco ha podido palpar en las celebraciones de los últimos días cómo los fieles respiran «una mayor ilusión» una vez el volcán se ha apagado y ya no hay que analizar cada mañana los daños causados por el volcán.

Y concluye: «Vemos la luz al final de una noche oscura. Que esta coincida con la Navidad es muy bonito, porque estamos hablando de un nacimiento y ahora nos toca renacer como isla, como comunidad y como barrio. Toca una etapa de renacimiento», concluye. Es 27 de diciembre. 96 días después en La Palma.