Sant’Egidio ya cocina la comida de Navidad para más de mil personas necesitadas - Alfa y Omega

Sant’Egidio ya cocina la comida de Navidad para más de mil personas necesitadas

La Comunidad de Sant’Egidio en Madrid prepara ya la comida del día de Navidad para un millar de amigos de la calle. «Acogiéndolos a ellos, acogemos al Señor», resume Tíscar Espigares, la responsable de la comunidad

Begoña Aragoneses
Un momento de la comida de Navidad de 2022 en la iglesia Nuestra Señora de las Maravillas
Un momento de la comida de Navidad de 2022 en la iglesia Nuestra Señora de las Maravillas. Foto: Comunidad de Sant’Egidio.

«Ya desde antes del Adviento se está cocinando el ragú». La comida del 25 de diciembre de la Comunidad de Sant’Egidio se va cocinando a fuego lento, igual que el cariño de años con todas las personas necesitadas que atiende la comunidad, los «amigos de la calle». Tíscar Espigares, su responsable en Madrid, explica cómo ya desde mediados de noviembre se ha ido haciendo la carne, que será el plato principal del día de Navidad para los más de mil comensales que Sant’Egidio invitará a comer ese día. «Se hace en tandas de 20 kilos y se congela, porque para tantos…».

A su vez, ya están entregando las invitaciones, que son personales, para cada amigo de la calle. «Anoche, que tuvimos reparto de cena», como cada miércoles, jueves y viernes, «nos decían que ya la esperaban; alguno nos recibió tocando villancicos con una pandereta». «¡Qué ganas de estar juntos el día 25!», se alegró otro. Son encuentros de «mucha familiaridad, como lo que somos: una familia en la que nos mantienen unidos no los lazos de sangre, sino el Evangelio; una familia grande, sin límites y que no excluye a nadie».

Voluntarias preparan los detalles de las mesas de la Navidad del año pasado
Voluntarias preparan los detalles de las mesas de la Navidad del año pasado. Foto: Comunidad de Sant’Egidio

El 17 de diciembre será la reunión con los voluntarios y a partir de entonces comenzarán los preparativos de las mesas y los últimos detalles. El año pasado, unas 200 personas colaboraron el día de Navidad. Los días previos, por turnos, lo hicieron «mogollón más», afirma la responsable. Sin contar los cocineros, la gente que colabora económicamente y todos aquellos que lo hacen con un regalo.

Efectivamente, tras la comida llegan los Reyes Magos para entregar a cada amigo de la calle un regalo comprado, porque «a todo el mundo le gusta tener algo nuevo». Todo el que quiera colaborar puede hacerlo con jerseys, forros polares, guantes, bufandas o productos de higiene personal, entre otros. Las entregas se pueden hacer en la iglesia Nuestra Señora de las Maravillas (calle Dos de Mayo, 11), los lunes y martes de 11:00 a 13:00 horas, y los miércoles, jueves, viernes y sábados, de 18:00 a 20:00 horas. También en la Casa Fratelli Tutti (calle Larra, 9), los sábados de 11:00 a 13:30 horas. Igualmente se puede hacer una aportación económica: cada menú navideño cuesta 25 euros.

Cuatro grandes comedores en Madrid

La comida se celebrará este año por primera vez en la Casa Fratelli Tutti, cuyo comedor inauguró recientemente el cardenal Osoro. Además, para poder acoger a todas las personas, habrá otros tres grandes espacios preparados en la iglesia Nuestra Señora de las Maravillas, la del Cristo de Medinaceli y el colegio La Salle La Paloma.

Después de más de 25 años celebrando la Navidad en Madrid con los amigos de la calle, la logística ya está organizada, explica la responsable; pero en el fondo «siempre es una novedad». «No hay dos Navidades iguales, porque las vidas cambian; uno puede tener un año más necesidad de afecto, hay gente que te falta, alguien está más herido, más sensible… La Navidad trae siempre una esperanza distinta: hay una Buena Noticia de que hay un sitio preparado para ti y alguien ha pensado en ti».

La responsable de Sant’Egidio en Madrid anima a la gente a participar, «de la manera en que cada uno pueda», para «vivir una Navidad auténtica». «Lo que celebramos es que nace el Señor y lo acogemos. Y Él está en los pobres; no hay una mejor manera de celebrar que acogiéndolo en aquellos en quien más se identifica, que son los pobres», asegura, y concluye que «acogiéndolos a ellos, acogemos al Señor».