Sante Zanetti: «La pastoral con migrantes debe estar en todas las parroquias»
El sacerdote scalabriniano toma el relevo de Gabriel Delgado, que falleció el pasado mes de noviembre
Los sacerdotes scalabrinianos Sante Zanetti, Livio Pegoraro y Jeff Noël formaron el pasado mes de junio una comunidad en la diócesis de Cádiz y Ceuta a petición del obispo. Se establecieron en la ciudad de Algeciras, donde se encargan de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen y ponen en práctica su carisma: la atención a los migrantes y refugiados, así como la sensibilización de la sociedad y la Iglesia sobre estos últimos. En un primer momento, el padre Livio fue nombrado responsable de la pastoral migratoria en Campo de Gibraltar y Ceuta, mientras que el pasado 27 de diciembre, el obispo, Rafael Zornoza, designó a Sante Zanetti director del Secretariado de Migraciones para sustituir a Gabriel Delgado, que falleció el pasado mes de noviembre. Pocos días después de su nombramiento, Sante Zanetti atiende a Alfa y Omega.
¿Cómo surgió esta posibilidad de establecerse en la diócesis de Cádiz?
El obispo pidió que viniéramos y, al final, tuvimos la oportunidad de formar una pequeña comunidad con tres miembros. Aunque nos ha encargado una parroquia, los tres veníamos para trabajar directamente con los migrantes.
Sustituye al padre Gabriel Delgado, que dejó una huella muy honda.
Acepté este encargo por el equipo que él formó y fue preparando. En los últimos meses, desde que se agravó su enfermedad, seguían trabajando muy bien. Pero, sin duda, Gabriel Delgado era una referencia.
¿Lo será para usted?
Él siempre decía, cuando había un problema, que había que ir adelante con el Evangelio en la mano. Y también con un ojo mirando a la realidad, porque esta cambia, las necesidades de los migrantes cambian. Para no hacer cosas que no sirven hay que mantenerse atentos a la realidad. Evangelio y realidad, estos serán los criterios con los que surgirán proyectos y se dará pasos.
No es la primera vez que ejerce una responsabilidad de estas características, ¿no?
Tuve una experiencia a nivel de coordinación diocesana en Piacenza, cerca de Milán. Además, acompañaba a las comunidades latinoamericana y filipina. Allí, el número de migrantes es el mismo que el de los italianos que tuvieron que dejar el país en busca de una vida mejor. Con esta experiencia, con los años de trabajo en Latinoamérica y el equipo trataremos de unir fuerzas e ir hacia delante.
¿Cómo fue la experiencia en Latinoamérica?
En 28 años hice un poco de todo. Al principio estuve implicado en la formación, en el seminario que la congregación tenía en Buenos Aires, aunque los fines de semana los dedicábamos a atender los barrios del Gran Buenos Aires, donde había muchos migrantes, especialmente paraguayos y bolivianos. Allí me pidieron ser superior de las misiones de Argentina, Chile, Uruguay y Bolivia y esto me sirvió para conocer el trabajo de los hermanos. Me ayudó a tener una mayor sensibilidad hacia los migrantes.
¿Mantuvo contacto con el hoy Papa Francisco?
Lo conocí antes de que fuera arzobispo. Nos encontrábamos para compartir programas y experiencias. Cuando llegó a la archidiócesis de Buenos Aires coincidimos en el trabajo pastoral. Mi relación con él fue sencilla. Es una persona directa, que da confianza, pero que también la mide. Te firma en blanco, pero también pide cuentas.
Volamos a Cádiz. ¿Llega con alguna prioridad a este nuevo cargo?
Queremos entrar en diálogo con todas las instituciones, tanto eclesiales como civiles, que trabajan con migrantes y colaborar con ellas.
¿Algún proyecto en particular en su parroquia?
Hemos empezado con una iniciativa que ayuda a los migrantes a encontrar trabajo. El hecho de que esté en una parroquia ya es un testimonio. Su presencia habla y provoca que haya relación con la gente de la parroquia. Además, ayudaremos a un grupo de migrantes en materia de idiomas e informática. El secreto es crear ocasiones de proximidad. Y eso significa que la pastoral de migraciones debe ser ordinaria y estar en todas las parroquias. Cada párroco tiene que sentirse responsable de esos parroquianos que viven alrededor que no son de la misma etnia o religión. Hay que encontrar puntos de encuentro.
¿Cuáles son los principales problemas que observa en la zona?
Últimamente he estado en Ceuta y allí la situación es trágica. Los chicos que cruzaron la frontera en mayo fueron engañados por su Gobierno y también aquí. Ahora viven en la calle. Los he visto en las gasolineras tratando de limpiar los cristales de los coches o a las puertas de los supermercados para recoger la comida que sobra. Estos chicos están a la deriva, a merced de alguien que les saque provecho, cualquier tipo de provecho. Es algo fuerte. Aunque la frontera con Marruecos esté cerrada, los migrantes van a seguir llegando. Si cerramos una puerta seguirán escapando de conflictos y de hambrunas, pero por lugares con más riesgo.
La cifra de muertos y desaparecidos sigue siendo dramática.
Como dice el Papa, es una tragedia continua que produce vergüenza. No somos capaces de darnos la mano entre hermanos.
2021 ostenta un récord trágico. Se ha convertido en el año con más muertes de migrantes que intentaban llegar a España. un total de 4.404, según Caminando Frontera. Esto es, un 102,95 % más que en 2020.
La ONG que dirige Helena Maleno constata, además, que la ruta hacia Canarias concentra la mayor parte de víctimas. En total son 4.106 entre muertos y desaparecidos en 124 naufragios.
Cabe destacar, asimismo, que 83 embarcaciones desaparecieron con todos las personas a bordo y que entre el total de fallecidos se cuentan 628 mujeres y 205 niños. En el 94,8 % de los casos las víctimas desaparecen en el mar sin que sean recuperados sus cuerpos.
«Imperdonable. Exigimos al Gobierno medidas políticas urgentes para proteger la vida», ha reaccionado en la red social Twitter Helena Maleno.