Sako: «El atentado contra Al Kazemi buscaba bloquear el proyecto de un Irak fuerte»

El atentado en la madrugada del domingo contra la residencia del primer ministro iraquí, Mustafá al Kazemi, buscaba «bloquear» el proyecto de un Irak fuerte, de un Estado «basado en la ley, la ciudadanía, el orden y la justicia». Lo ha denunciado en declaraciones a AsiaNews el patriarca caldeo, Luis Rafael Sako. Él mismo escuchó las explosiones, relata, porque «el Patriarcado no está muy alejado de la Zona Verde», el área fortificada donde se encuentran la mayoría de embajadas y edificios gubernamentales.

«Entre los fieles» que acudieron el domingo a Misa, comparte, «había una gran tristeza por el ataque, pero también felicidad» por que Kazemi hubiera salido indemne. «Muchos creen que su labor reformadora es auténtica y beneficia a la nación. Hasta ahora no ha querido nunca usar las armas para resolver problemas», sino que «pide y propone de nuevo los principios del diálogo y del encuentro, también con sus enemigos y adversarios políticos».

«No se sabe aún quién está detrás», asegura el patriarca, aunque descarta una intervención del Estado Islámico. En su opinión, el hecho de que se produjera con drones es una similitud con los ataques contra el aeropuerto de Erbil, en el Kurdistán iraquí, o la embajada de Estados Unidos. Sí «está claro que el objetivo es desestabilizar, crear confusión e interrumpir el trabajo realizado por el primer ministro, que quiere construir un proyecto de un Irak no aislado» en el ámbito internacional.

Tensión promovida por los chiitas proiraníes

En una breve intervención publicada en su cuenta de Twitter, Al Kazemi subrayó que «los misiles y los drones nunca construyen patrias ni futuro», informa EFE. Y aseveró que trabajará para «construir» la nación «mediante el respeto del Estado y sus instituciones para un futuro mejor para los iraquíes».

Analistas y expertos ligan el atentado a las elecciones parlamentarias del 10 de octubre. Casi un mes después, los resultados definitivos todavía no han sido anunciados. Los preliminares subrayaban la participación más baja de la historia democrática del país (43 %) y apuntaban al influyente clérigo chiita Muqtada al Sadr como vencedor, con 73 escaños. Al Sadr es profundamente contrario a la influencia que ejerce Irán en el país a través de las milicias chiitas. Por el contrario, el Bloque Fatah, de chiitas proiraníes, perdió casi dos tercios de los asientos y pasó de ser la segunda formación más votada en 2018 a estar entre los colistas.

Por ello están elevando sus quejas y exigen un recuento manual de los votos. El viernes las milicias ligadas a Teherán, agrupadas en la plataforma Multitud Popular, promovieron grandes manifestaciones en la Zona Verde. Las protestas derivaron en graves enfrentamientos, que dejaron dos muertos y más de un centenar de heridos.

Que los cristianos sean «fuente de equilibrio»

Estos mismos grupos respondiendo al atentado de forma burlona y poniendo en duda que se hubiera producido porque «ninguna persona en Irak tiene ganas de echar a perder un dron» contra el primer ministro. Al Sadr, por el contrario, condenó el ataque «terrorista» contra Al Kazemi y dijo que sus autores buscaban devolver a Irak al caos y al terrorismo. Según el clérigo, el acto tuvo como objetivo «la seguridad y estabilidad del país y su retroceso al caos para que sea dominado por las fuerzas del no Estado».

En este contexto, el patriarca y principal líder cristiano del país pide a todos los cristianos de Irak que «recen por el bien del país, que esperen con calma y confianza, que no se dejen llevar por las tensiones opuestas sino que sigan siendo fuente de equilibrio».