Rusia ha cometido crímenes de guerra en Ucrania, según la ONU
Un día después del encuentro entre Lavrov y el cardenal Parolin, la delegación del Consejo de Derechos Humanos ha presentado testimonios de ejecuciones sumarias, violencia sexual contra niños y detenciones ilegales
La ONU ha documentado casos de crímenes de guerra cometidos por Rusia en Ucrania. Están recogidas en el primer informe de la delegación enviada por el Consejo de Derechos Humanos, que se han presentado este viernes.
Según informa Efe, su presidente, Erik Mose, ha destacado «el gran número de ejecuciones perpetradas en las áreas que visitamos» en junio, un total de 16. Muchos de estos asesinatos se perpetraron en personas previamente detenidas, destacó Mose, quien indicó que numerosos fallecidos presentaban las manos atadas a la espalda, heridas en la cabeza y cortes en la garganta, indicios que demuestran que se trató de ejecuciones sumarias. Por otro lado, se han usado de forma reiterada artefactos explosivos en zonas no militares. En siete meses de conflicto, han muerto unos 6.000 civiles.
La comisión también ha denunciado que soldados de la Federación Rusa han cometido violencia sexual y de género contra a víctimas «de entre 4 y 82 años». En algunos casos, sus parientes fueron forzados a mirar. Mose, junto al colombiano Pablo de Greiff y la bosnia Jasminka Dzumhur, documentaron también testimonios de personas detenidas ilegalmente (y en algunos casos llevadas a territorio ruso) y sometidas a palizas, descargas eléctricas y desnudez forzada.
Por otro lado, también han tenido información de dos incidentes de maltrato a soldados rusos por parte de las fuerzas ucranianas. Crímenes «menores en número», pero a los que se prestará atención.
«Cruzada de la OTAN»
Estos datos se han presentado en la sede del Consejo de Derechos Humanos, en Ginebra (Suiza). Menos de un día antes, en el marco de la Asamblea General de la ONU que se celebra en Nueva York, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, se reunió con el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.
Según informa el ministerio ruso en un comunicado, durante la conversación Lavrov justificó la guerra en Ucrania —a la que se refirió como la «actual crisis» entre Rusia y Occidente— como «resultado de la cruzada de la OTAN para destruir Rusia y dividir al mundo».
Su país pretende «asegurar su independencia y seguridad», además de «contrarrestar las aspiraciones hegemónicas de Estados Unidos de controlar todos los procesos mundiales». Además, el ministro de Asuntos Exteriores aseguró que los referéndums para votar la anexión a Rusia que se organizan en Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón «cumplen totalmente con el derecho internacional».
La amenaza nuclear
La preparación de estos plebiscitos coincide con la movilización parcial de combatientes decretada por Rusia el miércoles, en la que muchos reservistas están siendo llamados a filas. En el mismo discurso televisivo, el presidente ruso, Vladimir Putin, habló de «las armas del futuro» para advertir a la OTAN de que Rusia cuenta con un arsenal nuclear «sin parangón» y en algunos casos «más modernos» que los occidentales.
El mismo día de su encuentro, el cardenal Parolin advirtió en la sede de la ONU de que «con el aumento de las tensiones mundiales y la retórica que amenaza con el uso de armas nucleares, es más crucial que nunca poner en vigor el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares» (CTBT por sus siglas en inglés). Lo hizo al intervenir en la 10ª reunión de los Amigos del CTBT.
El miércoles, en la audiencia general, el Papa Francisco se hizo eco de las amenazas de Putin. En esta «trágica guerra», dijo, algunos «piensan en las armas nucleares, una locura».
Pese a todo, la Santa Sede sigue insistiendo en la necesidad de diálogo. El encuentro de Parolin con Lavrov es la concreción de lo que afirmó el Papa en el vuelo de vuelta de Kazajistán, el 15 de septiembre. «Es difícil pero no hay que descartarlo», ni siquiera «con ninguna potencia que esté en guerra» o «sea el agresor». «Apesta, pero hay que hacerlo».
El mismo día en que Moscú decretó la movilización parcial de reservistas, el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Cirilo, exhortó a los militares rusos a «ir valientemente a cumplir vuestro deber militar». Según recoge RaiNews y otras agencias, en un sermón en el monasterio de Zachatievski, el primado ruso subrayó también que «si dais la vida por vuestro país estaréis con Dios en su reino, y os dará gloria y vida eterna».
Cirilo exhortó a los soldados a no tratar a los ucranianos como enemigos. Pero subrayó que la sociedad rusa vive un momento de «importancia histórica» del que puede depender su destino. «La mayor parte de países del mundo está bajo la influencia colosal de una fuerza que hoy desgraciadamente se opone al poder de nuestro pueblo».
En cambio, el arzobispo católico de Moscú, Paolo Pezzi, lamentaba que la «situación no deja a uno tranquilo». En declaraciones a la agencia católica italiana SIR, afirmaba que «me resulta difícil decir por qué se ha llegado a este punto». «La paz, por desgracia, parece estar retrocediendo. Creo que el camino es el indicado por el Papa Francisco. Y eso es intentar siempre mantener los canales abiertos, nunca cerrarlos».