Rosalía: «Dios es el único que puede llenar los espacios si tú tienes la predisposición»
En la imagen de su último disco, Lux, aparece vestida con toca blanca. Vive un «celibato voluntario» y añora vivir «en clausura, como una monja»
«Dios es el único que puede llenar los espacios si tú tienes la predisposición, la actitud y la manera de abrirte para que eso pueda pasar». La frase es de Rosalía y la pronunció hace cinco días en Radio Noia, un pódcast en catalán de YouTube en el que se entrevista de manera informal a famosos sobre una cama. Allí, la artista —una de las voces más internacionales de la música española— habló sin complejos de su fe y su deseo de llevar una vida más sencilla, incluso «en clausura, como una monja».
Las palabras de Rosalía se extendieron por Internet a toda velocidad justo tres días antes de que anunciara —con estampida humana incluida en la plaza de Callao—, su último trabajo, Lux, un vocablo en latín que significa luz y que está lleno de iconografía religiosa. El disco llegará a las tiendas el próximo 7 de noviembre y promete ser una reflexión espiritual sobre su trayectoria.

La propia portada da a entenderlo, pues la cantante catalana aparece en ella vestida de monja, con toca blanca y abrazándose a sí misma bajo cierta suerte de camisa de fuerza. Un gesto que no parece buscar la provocación como hacía Madonna en su día, sino que alude a una auténtica búsqueda interior. «Cuando haces una vida más sencilla, pero a la vez llena de complejidad, quizá es el camino más precioso», explicó Rosalía en el pódcast.
En celibato voluntario
En su entrevista con Mar Vallverdú —la conductora de Radio Noia— Rosalía valoró que «como artista, hay una conexión entre el vacío y la divinidad». Y añadió con serenidad que «estoy soltera» y siguiendo un «celibato voluntario». «No hay espacio para crushes», es decir, para flechazos idealizados, «ni fantasías románticas que me distraigan de mi presente creativo», añadió.
Un sustrato católico
No es la primera vez que Rosalía se apoya en el imaginario cristiano para expresar sus inquietudes. Desde El mal querer, su gran éxito de 2018, ha utilizado símbolos religiosos con naturalidad: cruces, Vírgenes, palomas, rosarios o versos inspirados en la oración.

En aquel entonces ya decía en entrevistas: «Me he dado cuenta de que soy muy espiritual. Hoy día no se habla tanto de esto por el prejuicio de vincular lo religioso con las instituciones, pero para mí no tiene nada que ver. Lo espiritual tiene que ver con algo que te trasciende. Con una emoción».
Esa espiritualidad, reconocible en muchas de sus canciones, hunde sus raíces también en su propia familia. «No me considero cristiana, pero sí creo en Dios. Y de hecho tengo recuerdos de mi abuela llevándome a Misa», confesaba en sus inicios.