Ronald Hicks sustituye al cardenal Dolan como nuevo arzobispo de Nueva York

El Papa León XIV ha nombrado arzobispo de Nueva York al obispo Ronald Hicks. El obispo, de 58 años, ha sido obispo de Joliet (Illinois) desde 2020. Será el decimocuarto obispo y el undécimo arzobispo de la sede neoyorquina. Sustituye a Timothy Michael Dolan, cardenal y arzobispo de Nueva York desde 2009, que presentó su carta de jubilación al cumplir 75 años, el 6 de febrero de 2025.

El cardenal Dolan ejercerá de administrador apostólico de la archidiócesis de Nueva York hasta la toma de posesión del arzobispo electo Hicks, que tendrá lugar el 6 de febrero de 2026 en la catedral de San Patricio, a cargo del cardenal Christophe Pierre, nuncio apostólico en Estados Unidos. 

En la mañana del jueves, hora local, Hicks se dio a conocer a su nueva archidiócesis en una rueda de prensa conjunta con el cardenal Dolan que fue transmitida por varias televisiones nacionales. De su sucesor, Dolan ha afirmado que en la semana que había pasado desde que se conocieron, «ya le quiero, le aprecio y confío en él». El «gran regalo que es este nuevo arzobispo» mitiga la «tristeza» de dejar a su rebaño, ha asegurado.

Unas palabras a las que Hicks ha respondido con «profunda gratitud por su extraordinaria dedicación y liderazgo», informa OSV. Además de casi 17 años al frente de la Iglesia en Nueva York, Dolan presidió la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos entre 2010 y 2013, época en la que tuvo un marcado protagonismo plantando cara a diversas medidas del Gobierno del demócrata Barack Obama. Además, coincidiendo con la elección del también demócrata Joe Biden en 2020, Dolan fue elegido para liderar el Comité episcopal para la Libertad Religiosa.

Hicks, que fue obispo auxiliar del cardenal arzobispo de Chicago, Blaise Cupich (situado por bastantes analistas en las antípodas ideológicas de Dolan) ha agradecido además «la amabilidad que ya me ha mostrado. Estoy profundamente conmovido por su generosidad y sus expresiones de apoyo».

Labor en América Latina

En su presentación, el nuevo arzobispo ha señalado cómo creció en «una casa que estaba literalmente a 14 manzanas» de la de Robert Prevost, ahora Papa León XIV. «Mis padres, Ron y Rosalie, son profesores de instituto retirados y nos criaron a mi hermano y a mí en los suburbios al sur de Chicago y South Holland», cerca de Dolton, el pueblo de Prevost.

No es el único rasgo compartido con el Pontífice. Tienen en común además el haber trabajado en América Latina. Mientras que Prevost estuvo dos décadas en Perú, Hicks fue director regional en El Salvador de la ONG Nuestros Pequeños Hermanos, que atiende a niños huérfanos y abandonados en nueve países. Todo ello hace que sienta una «profunda afinidad con el Santo Padre».

Sin embargo, hay algo que les separa. Son seguidores de equipos de baseball rivales: los White Sox el Papa y los Cubs Hicks. El nuevo arzobispo de Nueva York, de hecho, ha bromeado al respecto de su afición a este deporte. «Dejen que empiece con mi primera declaración potencialmente polémica. Soy fan de los Cubs y me encanta la pizza de masa gruesa» característica de Chicago. «Sin embargo, voy a empezar a animar a los equipos de Nueva York y ya me encanta vuestra pizza».

300 millones para las víctimas de abusos

Uno de los desafíos a los que Hicks tendrá que enfrentarse es el de los abusos por parte de sacerdotes. Nueva York se está implicando en un proceso de mediación con 1.300 víctimas que reclaman una indemnización y está intentando conseguir 300 millones de dólares para hacerles frente.

«Estoy comprometido a aprender sobre las cuestiones que están ante nuestra Iglesia, incluida la de los fondos que la archidiócesis ha apartado para ayudar a resolver» estos casos, ha expresado. «Como Iglesia, nunca podemos descansar en nuestros esfuerzos para prevenir el abusos, para proteger a los niños y para cuidar de los supervivientes».

Se trata de una labor «desafiante, difícil, dolorosa», ha reconocido. Pero «espero que siga ayudando en las áreas de la rendición de cuentas, la transparencia y la sanación».

En cuanto a las migraciones, una cuestión clave en los Estados Unidos del presidente Donald Trump, Hicks se ha comprometido a colaborar con otros líderes religiosos para «mantener viva la fe [de los migrantes] y hacer realidad la promesa de la puerta dorada actuando con mutuo respeto y trabajando para defender la dignidad humana». Y, en español, ha añadido que «no tenéis solo un obispo que habla español», sino que también tiene un enorme cariño «por la cultura latina y el pueblo hispano».