Retomando el ritmo sinodal - Alfa y Omega

Hace exactamente dos días que hemos recibido varios documentos con este título: «Hacia octubre de 2024». En cuatro páginas se nos ha presentado la continuidad del proceso sinodal, iniciado en octubre de 2021 y que tuvo su primera asamblea del 4 al 29 de octubre pasado.

Teniendo como punto de partida el informe de síntesis que se publicó al final de dicha asamblea, y en el cual se recogen los grandes temas que se trataron de forma sinodal —registrando convergencias, indicando cuestiones a tratar y formulando propuestas—, se nos invita ahora a continuar este proceso. Necesitamos también seguir ahondando en la sinodalidad, porque no se trata de un tema u otro, sino de este modo de ser y de estar en la Iglesia con los tres elementos ya conocidos: participación, comunión y misión.

Y se nos ofrece una pregunta clave: cómo ser una Iglesia sinodal en misión con un objetivo muy desafiante: identificar los caminos a seguir y los instrumentos a adoptar en los diferentes contextos y circunstancias. Se dan indicaciones para organizar el trabajo, con personas responsables en los diversos niveles y sus correspondientes tareas, pero, sobre todo, se nos anima a mantener vivo el dinamismo sinodal, contando con la escucha y el diálogo con todos, especialmente con quienes permanecen más en el margen de la Iglesia.

Este documento viene acompañado de una posible hoja de ruta con diez preguntas que hacen referencia al informe de síntesis, pero que dejan espacio abierto para suscitar otros muchos interrogantes a los que ofrecer respuestas comprometidas desde la corresponsabilidad de miembros adultos en la fe, unidos por la común dignidad del bautismo.

Creo que las orientaciones recibidas nos ayudan a retomar este dinamismo sinodal, con actividades concretas, a niveles tanto diocesanos como continentales, para seguir aportando nuestras posibilidades de modo que este proceso sea verdaderamente sinodal, es decir, haciendo camino juntos.