Renovación para una mejor formación - Alfa y Omega

Ha sido un año intenso en el camino de renovación de la formación de los candidatos al sacerdocio en España. Comenzó con una visita apostólica a todas las casas de formación. El periplo supuso un esfuerzo ingente tanto para los obispos visitadores como para los seminarios que los acogieron. En seis semanas pasaron por 55 centros y se llevaron una foto aérea inigualable. Los visitadores pudieron conocer el esfuerzo que se está realizando en nuestro país para aplicar la actualización del plan de formación internacional aprobado en su momento por el Dicasterio para el Clero, que lleva por título El don de la vocación presbiteral, así como las dificultades que los propios seminarios encontraban en este proceso.

Durante este curso, desde la Subcomisión de Seminarios de la CEE también hemos tratado de acompañar a los rectores y formadores con jornadas de formación centradas en distintas temáticas. Algunos de los asuntos tratados fueron, por ejemplo, la protección de los menores en este camino frente a todo tipo de abusos o la necesaria madurez humana de los candidatos.

Otro de los acontecimientos importantes fue la JMJ de Lisboa. Los seminarios participaron todos con las delegaciones de Juventud de sus diócesis. Estos encuentros tienen un fuerte carácter vocacional. Son muchos los jóvenes que experimentan con fuerza la llamada a seguirle en el sacerdocio gracias a las palabras del Santo Padre y a la experiencia de una Iglesia joven y universal.

Y para finalizar 2023, como fruto del proceso iniciado con la visita apostólica de primeros de año, el Santo Padre convocó a todos los obispos de España a Roma para tener un encuentro sobre la situación de los seminarios. Fue una reunión con el Papa Francisco amplia en tiempo y abierta y cordial en palabras. Versó sobre nuestras inquietudes y esperanzas en relación a la formación sacerdotal. Al finalizar, el Dicasterio para el Clero nos hizo entrega de un documento con algunos criterios para su actualización. Ahora empieza para toda la Iglesia en España la tarea de acoger cordialmente dichos criterios y continuar este camino continuo de renovación, buscando siempre lo mejor para la formación inicial de los sacerdotes. Algo que, bien lo sabemos los obispos, está íntimamente relacionado con el bien espiritual de todo el pueblo de Dios.