Reabre la colegiata de Calatayud, el primer monumento nacional de Aragón - Alfa y Omega

Reabre la colegiata de Calatayud, el primer monumento nacional de Aragón

Tras doce años cerrado por obras, el templo, declarado patrimonio mundial por la UNESCO, se inaugurará este lunes. «Puede suponer un estímulo para la fe de los fieles», subraya su abad

José Calderero de Aldecoa
Colegiata de Santa María la Mayor. Foto: Diócesis de Tarazona.

La colegiata de Santa María no solo es el templo más importante de Calatayud, sino también el primer monumento nacional de Aragón, catalogado así incluso antes de que la basílica de Nuestra Señora del Pilar, en Zaragoza, recibiera la misma distinción. «A la colegiata se le otorgó en 1884 y al Pilar, posteriormente, en 1904», explica Jesús Vicente Bueno, abad de la colegiata y delegado de Patrimonio de la diócesis de Tarazona.

De esta forma, su cierre hace ya doce años dejó consternada a la ciudad. «La gente lo sintió mucho e incluso muchos lloraban», reconoce Bueno, quien sin embargo explica que no había otra opción. El templo, que fue declarado patrimonio mundial por la UNESCO en 2001, se había «agrietado por el arco de las bóvedas» y por ahí «caían pequeñas piedrecitas». En un primer momento, «se decidió poner una malla», pero más tarde se demostró que no era suficiente. «En una ocasión vino un político, un miembro del Congreso, y se cayó un cascote del tamaño de un puño y por poco le da en la cabeza».

Tras el suceso se decidió el cierre, pero nadie sabía que iba a estar tantos años cerrado. «Creíamos que la intervención iba a ser relativamente sencilla», confiesa el abad. Entonces, se pusieron unos andamios y desde arriba se apreciaba la gravedad de los desperfectos. «De las cuatro columnas que sostienen la cúpula, tres estaban movidas. Una de ellas presentaba un desplazamiento de 28 centímetros y otra de 21. La que no se había desplazado era porque estaba pegada a la torre y no podía», recuerda el sacerdote. Pero, ¿por qué había sucedido esto? «Después de una serie de estudios, descubrimos que los cimientos de las columnas tenían 2,8 metros de profundidad y 30 años más tarde de su construcción se excavaron unas criptas de más de 3 metros. Vamos, que las columnas han estado siempre en el aire y, claro, había riesgo de que se cayera la cúpula».

Ante estos descubrimientos, «se decidió cerrar el templo y acometer una rehabilitación total, que hemos tenido que ir haciendo por partes porque no había dinero», asegura Jesús Vicente. Lo más urgente era corregir el desvío de las columnas que sujetaban la cúpula. «Lo que se hizo, a grandes rasgos, fue unir las cuatro bajo tierra, y se actualizaron los tensores». También se actuó «en el tejado de la sacristía, que se iba a hundir».

La Colegiata por dentro. Foto: Diócesis de Tarazona.

Los arreglos, sin embargo, no solo tenían que ver con las tripas de la iglesia, sino también con su aspecto exterior. «Antes, por ejemplo, era una iglesia muy oscura, casi sin luz». Ahora, «se han abierto ventanales, se han pintado de blanco distintas zonas», lo que ha generado «que haya ganado enormemente en luminosidad. Hay quien la llama ahora la iglesia banca o de la luz».

Una vez terminado todo el proceso, la Insigne y Real Colegiata de Santa María la Mayor se inaugurará este lunes 9 de mayo. Primero se ha organizado un acto civil en el que participará el alcalde José Manuel Aranda, el obispo de Tarazona Eusebio Hernández Sola, o el secretario general de Agenda Urbana y Vivienda del Ministerio de Transportes David Lucas. Además, el día 15 de mayo se ha organizado otro acto religioso, que, además de con Hernández Sola, contará con la presencia de Demetrio Fernández, que fue obispo de Tarazona y hoy lo es de Córdoba. «Recuerdo que cuando me nombró abad ya me dijo que había que arreglar Santa María», asegura Bueno.

Su reapertura, que ha coincidido con el mes de la Virgen, «puede suponer un estímulo para la fe de los fieles», sugiere el abad. «Todos los acontecimientos importantes se celebran aquí. Las procesiones, por ejemplo, todas parten de la colegiata y ahora vamos a bajar a la Virgen de la Peña de su santuario y la vamos a tener una semana aquí», concluye Jesús Vicente Bueno.