Reabre al público un monasterio en Segovia después de 600 años - Alfa y Omega

Reabre al público un monasterio en Segovia después de 600 años

San Antonio el Real ha sido recuperado gracias al trabajo de la asociación El Camino del Asombro

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Una de las dependencias del edificio recuperado
Una de las dependencias del edificio recuperado. Foto: Miguel Ángel Fernández.

«San Antonio el Real no está en proceso de restauración, porque nuestro objetivo no es restaurar: es revivir». Lo afirma la asociación El Camino del Asombro, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a recuperar, en su sentido más amplio, el patrimonio espiritual, cultural y material de los monasterios en España.

Este viernes es para la asociación un gran día: gracias a su esfuerzo, después de 600 años abre sus puertas al público general el monasterio San Antonio el Real, en Segovia. Construido en 1455 como pabellón de caza para el entonces príncipe Enrique de Castilla, fue regalado años más tarde a las clarisas como monasterio, que a su vez lo cedió recientemente a El Camino del Asombro para su recuperación.

Uno de los pasillos del edificio recuperado
Los visitantes también podrán hacer visitas nocturnas. Foto: Miguel Ángel Fernández.

Ahora se abre al público en visitas guiadas que permiten recorrer estancias clave: la antigua residencia real, con artesonados y blasones de Enrique IV, el refectorio, la iglesia con su retablo barroco, el claustro, la sala capitular, la sacristía y el coro bajo con una talla flamenca. «Es un itinerario donde arte, historia y contemplación se dan la mano», afirma la asociación.

«Recuperar un monasterio es mucho más que restaurar sus muros: es reactivar un modo de vida que integra conocimiento, belleza, espiritualidad y comunidad», afirma Juan Ayres, presidente de Camino del Asombro. En este sentido, menciona tres líneas de acción —zona museística y cultural, espacios para el cultivo del bienestar y hospederías—, que guían el trabajo. «Todas ellas ofrecen caminos distintos para acercarse al patrimonio material y espiritual que estos enclaves resguardan», añade.