Raquel usó WhatsApp para salir de la ruina y hoy lo utiliza para ayudar a los demás

«Hace nueve años vivíamos estupendamente con nuestros doce hijos. Mi marido trabajaba vendiendo pescado y yo trabajaba en mi casa, tan felices. Pero una señora nos dejó una deuda muy grande en el negocio de mi marido y nos arruinamos, nos dejó sin nada»: así comenzó la aventura de Raquel y Jesús, padres de familia numerosa, que lejos de rendirse le echaron valor a su situación y se embarcaron en una aventura empresarial con una vertiente solidaria que está ayudando a muchos a capear la crisis.

Juntos decidieron fundar Doce peces, una empresa de reparto de comida a domicilio que se gestiona únicamente a través de WhatsApp. «Comenzamos a vender pescado, y después también fruta, verdura fresca, y carne, al principio entre nuestros amigos y luego ya de manera más amplia», afirma Raquel.

Todos los martes lanzan a sus grupos de WhatsApp una lista de productos con sus precios, y hasta el sábado los reparten casa por casa. «A mucha gente le viene muy bien hacer la compra a domicilio, es un servicio muy práctico y de calidad», dice la matriarca del clan, que asegura que esta forma de trabajar «te permite entablar relaciones personales con los clientes, y de hecho muchos de ellos se convierten en amigos».

Con la pandemia, Raquel ha observado «más soledad», pues «lo mismo que te encuentras a gente con miedo que te pide que coloques la comprar en el ascensor, también hay otros que te te están esperando para tomar un café porque desean hablar».

«Quiero ayudar a los que más lo necesitan»

Su recorrido vital y el tiempo en el que la familia llegó a acudir a Cáritas y otras organizaciones para pedir ayuda les han hecho sensibles a las necesidades que ha originado la pandemia hoy. Por eso «un día le estuve dando vueltas a cómo ayudar a personas que lo están pasando mal ahora mismo», reconoce Raquel, y así nacieron tres iniciativas de ayuda que funcionan, como su negocio, también por WhatsApp.

La primera es Aquí hay trabajo, en la que cerca de 1.500 personas reciben a diario alrededor de un centenar de ofertas de empleo, «de todo tipo, hasta de abogados o médicos. Muchos han encontrado trabajo a partir de ahí», afirma Suárez.

La segunda es El baúl de Raquel, que pone en contacto a personas que quieren donar o deshacerse de alguna cosa –muebles, ropa, etc.– y otras a las que le vendrían bien esos objetos.

Y la tercera es Mil servicios, en la que quien lo desee puede ofrecer sus habilidades laborales o de otro tipo para darse a conocer, y también incluye anuncios de venta de coches, casas, bicicletas o cualquier otra cosa.

«Todo es gratis y funciona de manera muy sencilla», afirma Raquel, para la que su única motivación es «ayudar a los que más lo necesitan», porque «hay muchos hoy que no ven futuro a su situación y nosotros podemos dar testimonio de que aunque lo estés pasando mal, con la ayuda de Dios puedes salir».

Aquí Raquel toca un punto fundamental de su vida y de su actividad, pues «Dios está en nuestra vida como lo está en la vida de todos, lo veas o no lo veas. Jesús de Nazaret está con nosotros desde que nos crearon nuestros padres, y siempre está ayudándonos, dándonos su chispa divina para vivir nuestro día a día».