«Quiero ir a Ucrania solo que tengo que esperar el momento justo para hacerlo»

«Mi nombre es Sachar, vengo de Ucrania. No tengo una pregunta, sino más bien una petición: ¿puedes venir a Ucrania para salvar a todos los niños que están sufriendo allí ahora?». Es la pregunta directa que ha recibido el Papa Francisco este sábado durante un encuentro con niños en el Vaticano.

«Estoy muy contento de que estéis aquí. Pienso mucho en los niños de Ucrania y por eso he enviado algunos cardenales allí para ayudar y estar cerca de la gente, pero sobre todo de los niños. Quiero ir a Ucrania solo que tengo que esperar el momento justo para hacerlo, ¿sabes?, porque no es fácil tomar una decisión que puede hacer más daño que bien al mundo entero». Y así ha respondido Francisco, con prudencia, pero expresando su claro deseo de visitar el país invadido por Rusia.

El Papa ha revelado que la próxima semana recibirá «a algunos representantes del gobierno de Ucrania que vendrán para hablar de una posible visita mía allí. Veremos que sucede». El Pontífice cuenta desde hace semanas con la invitación del presidente, Volodímir Zelenski, así como con la del alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, para visitar Ucrania.

Francisco ya había expresado su disponibilidad para viajar a Moscú y verse allí con Putin si con ello contribuía a detener la invasión de Ucrania. Durante el regreso de su viaje a Malta, a principios del mes de abril, aseguró a los periodistas que estaba disponible para viajar a Kiev, aunque no sabía «si se podrá hacer, si es conveniente o si debo hacerlo», indicó. Un mes después, ante la persistencia del ataque ruso, en una entrevista al Corriere della Sera explicó que, de momento no iría a Kiev y que para demostrar cuánto le importa el sufrimiento del pueblo ucraniano había enviado a dos cardenales en representación suya. En cualquier caso, parece que, con mayor o menor presencia, el viaje del Papa a Ucrania no ha dejado de estar sobre la mesa.

¿Es difícil ser Papa?

El Santo Padre ha recibido en el Patio de San Dámaso a estos pequeños ucranianos acogidos por la parroquia greco-católica ucraniana en Roma, Santa Sofía, que se ha convertido en el epicentro de la solidaridad con el pueblo ucraniano. Junto a estos niños han acudido también al encuentro otros pequeños invidentes o con alguna discapacidad. Algunos han tenido la oportunidad de hacer preguntas al Santo Padre, entre ellas, si es difícil ser Papa a lo que Francisco ha respondido que Dios siempre le da las fuerzas que necesita.

Il Cortile dei bambini es una iniciativa que pretende ofrecer una jornada especial de diversión y encuentro junto al Papa, especialmente a niños que han pasado por alguna experiencia difícil en su corta vida. En otras ediciones, Francisco ha recibido a niños con alguno de sus padres encarcelados o a pequeños desplazados de sus hogares por terremotos o por sucesos como la caída del puente de Génova.