Queso de cabra y té con sal y Utama. La lección de dos familias descartadas - Alfa y Omega

Queso de cabra y té con sal y Utama. La lección de dos familias descartadas

Juan Orellana
Amra junto a su padre, Erdene, que es mecánico en Mongolia y vende queso en el mercado local
Amra junto a su padre, Erdene, que es mecánico en Mongolia y vende queso en el mercado local. Foto: Surtsey Films.

Llegan a la vez a nuestra cartelera dos películas periféricas sobre dos familias también periféricas, que habitan espacios inhóspitos, pero que nos ofrecen lecciones de vida. La primera está ambientada en las estepas de Mongolia. Se llama Queso de cabra y té con sal, y nos cuenta la historia de una familia de pastores nómadas cuya forma de vida se ve amenazada por la voracidad de las multinacionales de la minería. Amra, el hijo varón, asiste en silencio a los desvelos de su padre por mantenerse firme, mientras muchos del pueblo ya han aceptado una indemnización por abandonar las tierras. Las circunstancias se endurecerán y Amra tendrá que convertirse en adulto siendo aún un niño. El director del filme es Byambasuren Davaa, al que debemos los maravillosos documentales Un perro mongol (2005) y La historia del camello que llora (2002).

Es muy llamativo el paralelismo argumental de la película mongola con la otra que traemos a colación, boliviana, que se desarrolla en el altiplano durante una terrible sequía. Se trata de Utama, de Alejandro Loayza Grisi. Un matrimonio anciano vive del campo y de su rebaño de llamas. Él está enfermo de los pulmones y la sequía les ha dejado sin cosecha y sin agua para los animales. Un día llega su nieto para convencerles de que vayan con su familia a vivir a la ciudad, pero el abuelo se niega: no se plantea abandonar su tierra, desea morir en ella. La abuela no quiere contrariar a su marido, pero no le parece mal la propuesta de su nieto.

Sisa y Virginio son una pareja de ancianos bolivianos que vive del campo y de sus llamas. Foto: Reverso Films.

Ambas películas son un canto a las relaciones familiares, amén de una reivindicación de los vínculos con la propia tierra. Industrialización y cambio climático se presentan como las dos caras de una misma moneda: el final de una época en la que el hombre estaba arraigado en una tierra que le proporcionaba sustento y una razonable felicidad. La familia se presenta como el lugar natural desde el que echar esas raíces. Frente a la sociedad desvinculada, estas dos películas, provenientes de países muy pobres, proponen una forma de vida profundamente humana y que está en vías de extinción. Se agradece que ambos largometrajes no desemboquen en un pesimismo sin retorno, sino que dejen abierta una puerta esperanzada.

La fotografía de una y otra es espectacular, y nos brinda unos paisajes que solo se disfrutan en la gran pantalla. Las atraviesa un aire documental, que junto a la interpretación no profesional de los actores, consiguen una atmósfera de autenticidad que lleva al espectador a sentirse muy cerca de los acontecimientos que se narran. Utama triunfó en el prestigioso Festival de Sundance, con el premio del jurado a la mejor película, y en el Festival de Málaga, con el premio a la mejor película iberoamericana. Por su parte, Queso de cabra y té con sal, al ser coproducción mongola-germana, obtuvo el premio a la mejor película infantil en los premios del cine alemán.

Queso de cabra y té con sal
Director:

Byambasuren Davaa

País:

Mongolia

Año:

2020

Género:

Drama

Público:

+7 años

Cartel de 'Queso de cabra y té con sal'
Utama
Director:

Alejandro Loayza Grisi

País:

Bolivia

Año:

2022

Género:

Drama

Público:

+7 años

Cartel de 'Utama'