«Queda mucho para garantizar la atención sanitaria y pastoral que necesitan los enfermos»
En su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo, el Papa alienta a «crecer en el servicio y en la cercanía a las personas enfermas y a sus familias»
En su mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo, que se celebrará el 11 de febrero, el Papa ha aprovechado para hacer balance de esta cita, que cumple ahora treinta años. Si bien «se ha avanzado bastante» durante este tiempo, todavía «queda mucho camino por recorrer para garantizar a todas las personas enfermas la atención sanitaria que necesitan» y «el acompañamiento pastoral para que puedan vivir el tiempo de la enfermedad unidos a Cristo».
Ante esta situación, Francisco ha pedido que esta celebración «pueda ayudarnos a crecer en el servicio y en la cercanía a las personas enfermas y a sus familias». En este sentido, el Pontífice ha tenido un recuerdo especial para «los numerosos enfermos que, durante este tiempo de pandemia, han vivido en la soledad una UCI la última etapa de su existencia».
Tocar la carne sufriente de Cristo
La invitación de Jesús a ser misericordiosos como el padre, lema de esta jornada, adquiere, según el Pontífice, un significado particular para los agentes sanitarios: «Su servicio al lado de los enfermos, realizado con amor y competencia, trasciende los límites de la profesión para convertirse en una misión. Sus manos, que tocan la carne sufriente de Cristo, pueden ser signo de las manos misericordiosas del Padre».
A todos ellos, el Santo Padre les ha pedido que no olviden esto, ni tampoco «la singularidad de cada persona enferma. El enfermo es siempre más importante que su enfermedad» y «por eso cada enfoque terapéutico no puede prescindir de escuchar al paciente, su historia, de sus angustias…» Y aun cuando no sea «posible curar, siempre es posible cuidar, siempre es posible consolar, siempre es posible hacer sentir una cercanía que muestra interés por la persona antes que por su patología». Para realizar esta labor, el Papa ha expresado su deseo de que «la formación profesional capacite a los agentes sanitarios para saber escuchar y relacionarse con el enfermo».
Ejemplos de protección y cuidado
En su mensaje, Francisco también ha tenido palabras para los centros de asistencia sanitaria católicos, como por ejemplo los puestos en marcha por muchos misioneros alrededor del mundo. «Son obras valiosas mediante las cuales la caridad cristiana ha tomado forma y el amor de Cristo, testimoniado por sus discípulos, se ha vuelto más creíble».
Asimismo, el Pontífice las ha definido como «un tesoro precioso que hay que custodiar y sostener». Y más «en una época en la que la cultura del descarte está muy difundida y a la vida no siempre se le reconoce la dignidad de ser acogida y vivida, estas estructuras pueden ser un ejemplo en la protección y el cuidado de toda existencia, aun de la más frágil, desde su concepción hasta su término natural».
En último lugar, y después de denunciar «la falta de disponibilidad de vacunas contra la COVID-19 en los países más pobres», Bergoglio ha concluido su mensaje alentando la labor de la pastoral de la salud. «Si la peor discriminación que padecen los pobres es la falta de atención espiritual, no podemos dejar de ofrecerles la cercanía de Dios, su bendición, su Palabra, la celebración de los sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y maduración en la fe». Y esta es una tarea de todos.