Concierto de Hakuna en Madrid: «Que se junten 8.000 locos para bailar y rezar impresiona»
El grupo presenta este sábado 17 de septiembre en el Palacio de Vistalegre su quinto disco: Qaos
«La verdad es que es lo más heavy que me ha pasado en la vida. Que haya 8.000 personas disfrutando y bailando, pero sobre todo rezando, porque nosotros cantamos lo que rezamos, pues es muy fuerte», asegura Miguel Jiménez Pimentel. «Lo trabajamos mucho y ensayamos mucho, porque sabemos que todo eso se va para el cielo, pero ninguno nos dedicamos a ello profesionalmente. Entonces, que se junten 8.000 locos para bailar y rezar, impresiona», añade.
En realidad, asistirán 8.001 personas, porque el Señor también ha comprado su entrada para el concierto. «Los artistas vamos a tener al Santísimo expuesto en el backstage, en un cuarto, donde le estaremos cuidando mogollón y, sobre todo, pidiéndole ayuda», confiesa el joven. «No podría ser de otro modo porque todo esto ha salido de Él y si nos olvidáramos del Señor porque hay 8.000 personas lo estaríamos haciendo fatal».
Para Jiménez Pimentel, semejante asistencia —acudirán más del triple de personas que hace un año— revela que «hay sed de Dios entre la gente joven, lo que pasa es que no nos da la gana de darnos cuenta. Y cuando se produce ese encuentro», cuando ves colmada esa sed, «te enamoras. Puede ser a través de la música o de muchas otras cosas, en realidad eso no es lo fundamental». De hecho, «en Hakuna la música solo es un complemento de lo que hacemos, y para nada es lo más importante. Nosotros solo le ponemos melodías a lo que rezamos».
Cantar el Qaos
Sobre el escenario de Vistalegre este sábado 17 de septiembre sonará Qaos, un disco que se atreve a transitar por la noche del alma. «Refleja las vivencias de oscuridad, de miedo o preguntas que podemos tener todos. En los discos, hemos pasado de un momento alegre a uno de búsqueda, de encuentro e incluso de no encuentro», asegura Miguel.
Hay canciones , como Noche o Huracán, que «son un grito en la búsqueda de Dios. “¿Dónde estás? ¿Dónde estás? ¿Dónde estás?”, se preguntan». Otras, como Me sobrepasa, «son fruto de horas y horas de oración con los salmos. También hay canciones que surgen del diálogo con Dios, que luego se pone por escrito y, por último, se le añade la melodía», concluye el miembro de Hakuna.