Purgatorio. Entre el cielo y la tierra. Un tema tratado en muy pocas ocasiones - Alfa y Omega

Purgatorio. Entre el cielo y la tierra. Un tema tratado en muy pocas ocasiones

Juan Orellana
Escena de 'Purgatorio. Entre el cielo y la tierra'
La mística polaco-ucraniana Stefania Fula Horak es interpretada por la actriz Małgorzata Kożuchowska. Foto: Bosco Films.

El director polaco Michal Kondrat vuelve al mismo estilo documental que desplegó en Dos coronas, un filme sobre san Maximiliano Kolbe del que dimos cuenta en estas páginas. Ahora es el purgatorio el objeto de su indagación cinematográfica. La tesis central es muy sencilla: es necesario orar por las almas del purgatorio para que puedan gozar de la paz definitiva en presencia de Dios. La película parte de la pregunta universal por lo que le sucede al ser humano tras la muerte, una pregunta presente desde las religiones más antiguas y a la que casi siempre se ha dado la misma respuesta: el alma humana pervive tras el trance de la muerte biológica. En ese sentido, las llamadas experiencias cercanas a la muerte, con el famoso túnel, son experiencias que sugieren que hay una dimensión espiritual que puede existir independientemente del soporte físico del cerebro.

Ciertamente en algún momento la película vierte algunas afirmaciones que no pasan de ser meras hipótesis interesantes, pero que en ningún momento deben ser consideradas doctrina dogmática de la Iglesia. En otros casos, el documental desarrolla aspectos objetivos del catecismo de la Iglesia católica, como el del Juicio Final, entendido siempre desde la misericordia, y la necesidad de perfeccionarse en el amor en el purgatorio. Aunque la palabra purgatorio no es adoptada por la Iglesia hasta finales del siglo XV, los cristianos siempre habían orado por los difuntos en la Eucaristía. Como afirma el teólogo Alexander Posacki, esa vida del alma tras la muerte no es un proceso «natural», sino que está necesariamente vinculada a la idea de salvación de Dios, a un último acto de libertad, de elección, al hecho de la existencia de un cielo y un infierno.

El documental cuenta con varias recreaciones dramatizadas. La más importante se refiere a la mística polaco-ucraniana Stefania Fula Horak (1909-1993), que fue visitada a menudo por el alma de la mística santa Magdalena Sofía Barat (1779-1865), así como por Juan Bosco, Teresa de Lisieaux, el Cura de Ars, Juana de Arco o la mística Ana Catalina Emmerick. Según las visiones de Fula Horak, el purgatorio estaría constituido por círculos, al estilo de La Divina Comedia, cada uno de los cuales purificaría distintos tipos de pecados.

Otra dramatización importante es la del padre Pío, quien, junto a imágenes de archivo, relata sus sacrificios por las almas del purgatorio. O la de san Stanislao Papczynski (1631-1701), que tenía raptos místicos que le llevaban al purgatorio. Y, por supuesto, la de Faustina Kowalska. Pero el filme también cuenta con dramatizaciones actuales de ficción, como la de un joven cuyo padre ha fallecido o la de una mujer maltratada que va a la tumba de su maltratador a rezar por él.

En el documental ­—en el que intervienen neurólogos, teólogos, sacerdotes y religiosos— también se aborda la cuestión de las almas de los suicidados y de los niños abortados, así como la doctrina cristiana sobre el espiritismo. Una cinta que da que pensar.

Purgatorio. Entre el cielo y la tierra
Director:

Michal Kondrat

País:

Polonia

Año:

2020

Género:

Docuficción

Público:

Pendiente de clasificación

Cartel de 'Purgatorio. Entre el cielo y la tierra'
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