Proyecto Bible The: el algoritmo de Dios ensalza lo positivo
Dos creativos reorganizan alfabéticamente la Biblia y descubren que palabras como «amor», «bueno» y «feliz» superan con mucho a sus antónimos
«Un libro puede cambiarlo todo. Puede conmovernos, abrirnos los ojos y ayudarnos a ver el mundo desde una perspectiva diferente. Un libro puede alterar el curso de la historia y, sin embargo, al mismo tiempo es solo una colección de palabras colocadas en un orden secuencial específico, un algoritmo literario complejo elaborado por su autor». Lo afirman el creativo publicitario Joseph Ernst y el programador Jan van Bruggen, autores de Bible The, un trabajo en el que han reorganizado las palabras de la Biblia por orden alfabético con el objetivo de «descubrir conocimientos que de otro modo serían imposibles de encontrar».
Los creativos han utilizado la Biblia por considerarlo «un libro fundamental que ha tenido un impacto material en la humanidad». Así, valiéndose de un software propio, han transformado la Palabra de Dios en datos y han reorganizado todo el texto, de la A a la Z, repitiendo cada palabra tantas veces como aparece a lo largo de la Biblia.
Al tratar así el texto sagrado, han realizado «algunas observaciones fascinantes», como por ejemplo que «los datos sugieren que la Biblia se inclina hacia un sesgo positivo» a lo largo de todas sus páginas.
Por ejemplo, la palabra «bueno» se usa 720 veces, mientras que «malo» solo 18; «amor» se usa 308 veces, por 87 de la palabra «odio»; y «feliz» en 28 ocasiones, casi el triple que las once referencias a «triste».
Hay más datos en este sentido: «luz» aparece 272 veces, por 43 de la palabra «oscuro»; «placer» se cita 61 veces, mientras que dolor solo «25»; y «vida» se menciona en 451 ocasiones, por 371 de la palabra «muerte».
Junto a ello, «Cielo» sale 582 veces, mientras que «infierno» solo 54; hay 94 «ángeles» por 55 «diablos»; 96 «santos» por 48 «pecadores»; y 302 «benditos» por solo 3 «condenados».
De este modo, los datos objetivos que hay detrás de la Biblia concuerdan con las palabras de san Juan: «Dios es Luz». La estadística lo corrobora.