Progresiva normalización de la presencia católica en la isla - Alfa y Omega

Progresiva normalización de la presencia católica en la isla

Redacción
Foto: CNS

La colaboración de la Iglesia española con Cuba se produce en un contexto de progresiva normalización de la presencia católica en la isla, tras las difíciles décadas que siguieron al triunfo de la revolución. El punto de inflexión fue la visita de san Juan Pablo II en 1998. «Que Cuba se abra con todas sus magníficas posibilidades al mundo, y que el mundo se abra a Cuba», clamó el Pontífice en un momento en el que el régimen —sin el apoyo ya de la URSS— necesitaba salir del aislamiento internacional. Con igual fuerza que condenó el comunismo, Wojtyla arremetía contra «el capitalismo salvaje», y Fidel Castro, antiguo alumno de los jesuitas, vio que era posible encontrar puntos de encuentro.

La Navidad volvió a ser festiva en Cuba. Unos años después, también el Viernes Santo, esta vez por concesión a Benedicto XVI, que visitó Cuba en 2012. Fidel ya había dejado el poder a Raúl, pero se reunió con el Papa. En el libro Últimas conversaciones Ratzinger calificaba el encuentro de «conmovedor», y asegura que, con los años, Castro había llegado a «reconsiderar algunas cuestiones, sobre todo religiosas».

Cordial fue también la visita de Francisco al líder revolucionario en 2015. El pasado sábado, poco después de conocerse la noticia, el Papa envió a Raúl un telegrama por «la triste noticia del fallecimiento de su querido hermano».