Primer cura en Almería en tres años: «He notado las ganas de la diócesis por esta ordenación»
Manuel Piedra describe su primera Misa como «uno de los momentos más importantes» de su vida
Manuel Piedra describe la celebración de su primera Misa como «uno de los momentos más importantes» de su vida. «Hacer presente al mismo Cristo no se puede describir con palabras. Es algo como para dar muchas gracias a Dios». La Eucaristía tuvo lugar este lunes en la parroquia de El Alquián, después de su ordenación sacerdotal celebrada el sábado 2 de septiembre en la catedral de Almería. Se trata de la primera ordenación presbiteral que se celebra en esta diócesis andaluza en los últimos tres años.
La novedad hizo que en ambos actos estuvieran presentes numerosos sacerdotes de Almería, que quisieron arropar a su nuevo compañero. «He podido sentir las ganas que tenía la diócesis de que se celebrara una nueva ordenación. Hacía muchísimo tiempo que no se veía algo así y se ha notado», subraya el joven, que dice sentir el peso de la responsabilidad que ha caído sobre sus hombros.
En este sentido, el joven cree que lo vivido puede ser «un revulsivo» para la vida pastoral de la diócesis, sobre todo para la pastoral juvenil. «Muchos de los jóvenes a los que he acompañado durante mi etapa como diácono, y también con los que me he ido recientemente a la JMJ de Lisboa 2023, han venido a mi ordenación y a la primera Misa, y eso es para dar muchas gracias a Dios».
A pesar de ello, el nuevo sacerdote es consciente de la falta de compromiso que la sociedad propone a los chicos y chicas de la sociedad contemporánea y, también, de la soledad que pueden sentir aquellos otros jóvenes que sí son fieles a su compromiso con Cristo. A todos ellos, Piedra les diría: «¡Para que luego digáis que no hay jóvenes cristianos en el mundo! No os sintáis solos. Mirad la JMJ, donde se congregaron un millón y medio de personas. Eso es inigualable por un evento profano».
Los jóvenes han vuelto del encuentro en Lisboa con el Papa Francisco «profundamente conmovidos», lo que para Manuel Piedra confirma que «solo habiendo jóvenes podemos tener más jóvenes. Es decir, son los jóvenes lo que llaman a los jóvenes». Una máxima que él mismo ha podido corroborar en su historia vocacional.
Preguntado sobre ella, el joven se remonta hasta la Primera Comunión, a partir de la cuál «tuve un distanciamiento de la Iglesia». En el camino de vuelta a casa «tuvieron mucho que ver unas religiosas que llegaron a mi parroquia» y el nombramiento de un nuevo párroco bastante joven. «Eso a mí me interpeló muchísimo» y, a partir de entonces, «me reincorporé a la parroquia y empecé a ir a Misa de nuevo».
De esta forma, Piedra volvió a la vida parroquial y a participar en las actividades propuestas. Fue en una de ellas en donde sintió la llamada de Dios al sacerdocio. «Nos encontrábamos en Granada, en una reunión de la pastoral juvenil». En una de las charlas, un sacerdote hablaba a los presentes del primer anuncio y, en un momento dado, dijo «que íbamos a sentir ese ardor, esa llamada que nos pedía el Señor. Algo iba a cambiar y nos iba a transformar». Esa misma noche, el joven pudo sentir aquellas palabras en lo más profundo de su ser durante una vigilia de adoración al Santísimo. «Fue en ese momento concreto, aunque después vino mucho discernimiento, el querer cambiar los planes de Dios y todas esas cosas», concluye el nuevo sacerdote, que un día después de ser ordenado se ha convertido en párroco de nueve pueblos.