Presidente de Coordinadora Rural Zamora: «A Zamora se nos trata como colonia energética»
El pasado domingo Chema Mezquita, presidente de Coordinadora Rural Zamora, se manifestó en Madrid junto a diferentes entidades contra el abandono del campo. No es contrario a las renovables —en su pueblo se ha coordinado con 30 vecinos para autoabastecerse con placas— pero sí a los macroproyectos. Entre las soluciones más prácticas para implementar a corto plazo, exige cobrar un canon por cada kilovatio producido en el campo y trasladar ministerios a otras ciudades.
—El domingo se manifestó contra el abandono de los pueblos bajo el lema Salvemos el mundo rural agredido.
—Hay un desequilibrio territorial en España que no se está abordando. De hecho, a veces parece que se va en contra del reequilibrio. Hemos puesto el foco en el modelo que se está aplicando en los pueblos y que nos lleva a la destrucción. Te quitan servicios médicos y conexiones de alta velocidad porque «sois pocos y no sois rentables». En el caso de Zamora la N-122, que es de competencia del Estado, lleva presupuestada 20 años pero sin ejecutar. O se lleva diez años dando vueltas a proyectar un campamento militar en Montelarreina.
Esa misma Administración que te quita los servicios públicos y casi te fuerza a irte luego trae macroproyectos y dice a los fondos de inversión: «Mirad lo que tenemos, venid a poner plantas de biogás, molinos y placas solares». Tendemos a ir a lo macro. Se están quitando olivos para poner mares de placas en las mejores tierras y nos estamos metiendo en un problema gordísimo porque perderemos soberanía alimentaria. Hay pequeñas empresas con placas que al tercer día han pasado por 30 manos y acaban en un fondo. Perdemos soberanía para pasársela a corporaciones de capital extranjero a las que les importa tres narices.
—¿Es más partidario de que cada pueblo tenga su pequeño proyecto?
—En el Ayuntamiento de San Vitero estamos haciendo una comunidad energética. Y otra en mi pueblo, que es más pequeño, San Juan del Rebollar. No ha entrado mucha gente, pero con 30 podemos suministrar electricidad a las casas asociadas, con placas que ocupan medio tejado de una nave. Con muy poquito nos podemos autoabastecer. Uno de nuestros lemas es renovables sí, pero así no. No avasallando. Hay que apoyar de verdad al campo. A muchas zonas despobladas se nos trata como colonias energéticas. Nadie se ha atrevido a parar a las empresas eléctricas y decirles que hay que desarrollar el territorio y pagar un canon por cada kilovatio para invertir ahí.
—¿Cómo está Zamora tras los incendios?
—Han ardido más de 100.000 hectáreas en los últimos tres años, con su pérdida de vidas. En la Junta de Castilla y León se ve tener un dispositivo de bomberos forestales todo el año como un despilfarro pero, cuando hay un incendio, los pueblos están en riesgo. Nadie se plantearía en las capitales cerrar las estaciones de bomberos porque en invierno hay menos incendios. La gran idea de la Diputación es darnos batefuegos, un cepillo con una goma para golpear las llamas.
—¿Con quiénes se manifestó el domingo? ¿Había gente de Iglesia?
—Había gente que vivía en el mundo rural y la Iglesia ahí tiene mucha implementación. Estaba el Movimiento de Jóvenes Rurales Cristianos, que son muy activos en sus reivindicaciones. Éramos una amalgama de muchos colectivos del medio rural y que están contra estos planteamientos de los macroproyectos. Hicimos el recorrido y leímos el manifiesto de los clavos que se nos quieren clavar.
La base de todo es la despoblación. Si se ataja la despoblación, se atajan muchos problemas. Las Administraciones deberían paralizar los proyectos si no se garantiza que se van a hacer con cierto orden y no contribuyen al desarrollo.
—¿Qué cosas podrían hacerse ya con voluntad política?
—Hay que apoyar la vivienda rural. Por ejemplo, en mi zona, el pueblo más grande tiene 900 habitantes, pero hay poca oferta de alquiler y por ello algunas ofertas laborales no se pueden cubrir. También se debería hacer un proceso de descentralización. ¿Qué sentido tiene que el Ministerio de Agricultura esté en Madrid? Por ejemplo, cuando se colocó la Agencia Espacial Española, se postularon Teruel y León porque tenían aeropuerto, pero se eligió Sevilla. O la Agencia Española de Protección de Datos se situó en Orense. Al final, se aplican criterios para intentar ganar algunas elecciones en vez de pensar a nivel de país. Hay que sacar a las personas de las ciudades. No las vas a obligar pero, si sacas a las Administraciones, la gente va detrás.