Polonia ve Auschwitz a través de los ojos de jóvenes toledanos - Alfa y Omega

Polonia ve Auschwitz a través de los ojos de jóvenes toledanos

«Este trabajo me ha ayudado a ser mejor persona», dice una de las alumnas de los dos institutos de Toledo que han enviado dibujos sobre el campo de concentración a un museo polaco. Allí los verán estudiantes de todo el país

Cristina Sánchez Aguilar
Preso tatuado de Sofía Rodríguez Pantoja
Preso tatuado de Sofía Rodríguez Pantoja. Foto: Instituto Nacional Auschwitz-Birkenau España.

«Al principio me impactó muchísimo el sufrimiento que vivieron tantas personas en los campos de concentración y aprendí que Auschwitz no era solo un lugar de dolor, sino también un reflejo de lo cruel que puede llegar a ser el hombre». Leire Naranjo es alumna de 3º ESO del IES Peñas Negras de Mora, en Toledo, y una de las artistas cuyos dibujos han viajado desde la localidad manchega hasta el Museo del Ejército Nacional Polaco, en Cracovia, donde están expuestos desde el 20 de febrero. Estas pinturas nacieron tras un viaje educativo a los lugares de la memoria, en propia tierra polaca, y como fruto de la reflexión de los adolescentes, de los institutos toledanos María Pacheco y Peñas Negras de Mora, tras el trabajo realizado a raíz de la exposición Varsovia en llamas, sobre el levantamiento de la ciudad, comisariada por el Instituto Nacional Auschwitz Birkenau España —brazo operativo del memorial de Auschwitz aquí— y exhibida en el IES María Pacheco de Toledo a finales de 2024. «Vi imágenes que me dejaron muy impactada y me hicieron pensar mucho. Algunas eran tan duras que me costaba creer lo que estaba viendo. Escuchar lo que vivieron los prisioneros, sus luchas y su valentía me motivó a querer entender más sobre su sufrimiento y sobre cómo resistieron», explica Leire. 

En un contexto social en el que la juventud está estigmatizada por la falta de conocimiento de cuestiones de la historia reciente —es de sobra conocido el desinterés, por ejemplo, sobre el terrorismo de ETA en España—, el resultado de este trabajo introspectivo «es asombroso», como asegura Eduardo de Ocampo, director del Departamento de Educación del Instituto Auschwitz. La clave para De Ocampo ha sido que «estos jóvenes cuentan con un profesorado comprometido y estímulos adecuados». De hecho, esta iniciativa, surgida en Toledo, «será modelo para los jóvenes de Polonia», explica, ya que en el país es obligatorio que todos los estudiantes pasen por los museos y por el propio campo de Auschwitz-Birkenau, y verán los dibujos de sus homólogos españoles.

El aprendizaje ha saltado fuera de las aulas. Leire ha compartido «lo que aprendí con mi familia y me he dado cuenta de que es muy importante no solo conocer la historia, sino sentir empatía por las víctimas». A veces, asegura, «me imagino en su lugar, enfrentando el miedo y la incertidumbre que tenían que pasar, y eso me hace valorar aún más la vida que tengo hoy». Lo que más le impactó, cuenta la estudiante, «es que, a pesar de las situaciones tan horribles, algunas personas mantuvieron la esperanza. Este trabajo me ha ayudado a ser mejor persona y a ser más empática con los demás». Este es uno de los objetivos de la educación, como recalca la profesora Ana Blanco, del Peñas Negras de Mora, y una de las artífices del proyecto, quien sostiene que «como docentes, tenemos el compromiso de fomentar el pensamiento crítico y de estimular en los jóvenes la curiosidad por el mundo que les rodea». 

El resultado es visible en estos dibujos. Paola García, también de 3ºESO del Peñas Negras, explica que quiso reflejar en su propuesta «la libertad, lo que necesitaban». Llegó a esta conclusión tras reflexionar sobre «cómo las personas, por su raza y religión, fueron privadas de ella». Candela Cádiz, ya en 4º ESO, habla de la importancia de la memoria: «Las historias personales me han causado tristeza. Intento ponerme en su lugar y me doy cuenta de lo importante que es recordar todo lo que pasó y que no se repita. Al hacer los dibujos, quise reflejar la desesperación y el miedo que debieron sentir. Ha sido un trabajo duro de imaginar, pero muy necesario para entender la historia y desarrollar la empatía».

«Este ejercicio ha permitido a los alumnos tomar conciencia sobre su propia realidad, valorando aún más el presente que les ha tocado vivir», explica Blanco. También ha sido un aliciente para ellos «conocer los sucesos que forman parte de nuestra historia contemporánea y que nadie les había contado hasta este momento» y les ha permitido «tomar mayor conciencia social, dándose de este modo cuenta de la responsabilidad que tenemos como ciudadanos de trabajar juntos por el bien común». El impacto del siglo XX «genera una profunda reflexión sobre los valores humanos que los jóvenes agradecen enormemente».

Las obras de los jóvenes toledanos están expuestas en el museo del Ejército Nacional Polaco, en Cracovia, situado en un edificio de la Primera Guerra Mundial.