Plataforma de acción Laudato si, una respuesta al «¿qué puedo hacer yo?» - Alfa y Omega

Plataforma de acción Laudato si, una respuesta al «¿qué puedo hacer yo?»

Siete sectores de la Iglesia están invitados a trabajar durante siete años para ser sostenibles y lograr que «la creación vuelva a resplandecer según el proyecto de Dios»

María Martínez López
Foto: Vatican News

Según los sociólogos, basta con la implicación del 3,5 % de cualquier comunidad para generar la masa crítica necesaria para cambiar las cosas. Con un 15 % de la población mundial, y un porcentaje mucho mayor en buena parte de los países, los católicos no deberían tenerlo difícil. Pero para ello hace falta que realmente se movilicen.

Esta es la idea que está detrás de la Plataforma de acción Laudato si, presentada este martes en el Vaticano: un itinerario de siete años para que fieles y entidades de todo tipo se esfuercen «de diferentes maneras para llegar a ser totalmente sostenibles, en el espíritu de la ecología integral», ha afirmado el Papa Francisco en su videomensaje. Así, se podrá lograr que «la creación vuelva a resplandecer según el proyecto de Dios».

De sus manos «hemos recibido un jardín; no podemos dejar un desierto a nuestros hijos», ha alertado el Santo Padre. Y sin embargo hoy, imbuidos en «una crisis ecológica sin precedentes», se ve cómo «nuestro egoísmo, nuestra indiferencia y nuestra irresponsabilidad amenazan» el futuro de los niños y jóvenes.

«Nos sentimos dueños de lo que Dios nos ha dado»

Esto se debe a «una actitud depredadora, que hace que nos sintamos dueños del planeta y de sus recursos y nos autoriza a un uso irresponsable de los bienes que Dios nos ha dado». Frente a ello, «necesitamos un nuevo enfoque ecológico», que afecte no solo a las cuestiones ambientales «sino al hombre en su totalidad,» y «que transforme nuestra manera de habitar el mundo, nuestros estilos de vida, nuestra relación con los recursos» y «nuestra forma de ver al ser humano y de vivir la vida».

Hay esperanza

A pesar de todo, Francisco ha resaltado que «hay esperanza». Prueba de ello es el compromiso de muchas personas y realidades a lo largo del Año Laudato si que se acaba de clausurar. Su punto y final lo ha puesto esta semana de actos, que comenzó el 16 de mayo, y terminaba con el lanzamiento de la plataforma.

«La acogida mundial de la propuesta y celebración de un año especial Laudato si ha sido fabulosa y generosa», ha coincidido durante su intervención el cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. Entre sus frutos, ha citado el nacimiento de los jardines y capillas vivas Laudato si, o cómo la Iglesia plantó en Bangladés 700.000 árboles, casi dos por bautizado. El Santo Padre ha dado las gracias a quienes se han hecho protagonistas de esta convocatoria. Y ha pedido a todos colaborar en el nuevo proyecto, «cada uno con su propia cultura y experiencia, cada uno con sus propias iniciativas y capacidades».

Una herramienta común a todos

A veces, al escuchar la invitación a ser más sostenible, «es difícil saber exactamente qué debe hacer» cada persona o institución. Lo ha reconocido la joven Carolina Bianchi, del Movimiento Católico Mundial por el Clima. «¿Qué debe hacer una universidad? ¿Qué debe hacer una parroquia?». La plataforma de acción «ayudará mucho», al ofrecer «una herramienta común que todos los grupos católicos pueden utilizar». Y, junto con esto, «una esperanza real».

El coordinador de la sección de Ecología y Creación del dicasterio, el sacerdote indio Joshtrom Isaac Kureethadam, ha explicado que el programa gira en torno al número siete, de profundo significado bíblico. Siete sectores clave se embarcarán en un itinerario de siete años para lograr siete objetivos incluidos en la encíclica de Francisco sobre el cuidado de la casa común.

En concreto, la invitación se dirige a familias; parroquias y diócesis; escuelas y universidades; hospitales; empresas agrícolas; organizaciones, grupos y movimientos; e instituciones religiosas. Y los objetivos que tendrán que cubrir será responder al clamor de la tierra y de los pobres; la economía ecológica; la adopción de un estilo de vida sencillo; la educación ecológica; la espiritualidad ecológica, y el compromiso comunitario.

Cada año más

El calendario, de siete años, refleja la tradición bíblica de los jubileos. Durante el primero, las comunidades se pondrán en marcha, intercambiarán recursos y elaborarán planes de acción concretos para cada uno de los siete objetivos. Estos planes se pondrán en práctica durante los cinco años siguientes. «El último será el año sabático para alabar y dar gracias a Dios», ha concluido Kureethadam.

La plataforma de acción comenzará a funcionar a partir del 4 de octubre, con las primeras realidades que se hayan inscrito hasta entonces. Serán las pioneras, pero ni mucho menos las únicas. En el dicasterio esperan que «el próximo año un grupo mayor comience su viaje de siete años, al año siguiente otro grupo aún mayor», y así sucesivamente. «De este modo, esperamos crear la masa crítica necesaria para la transformación de la sociedad», ha afirmado el sacerdote indio.

El cardenal Turkson ha invitado «urgentemente a todos a renovar el diálogo sobre cómo estamos construyendo el futuro del planeta». Y ha pedido atreverse a vivir como un «sufrimiento personal» lo que ocurre en el mundo. El tiempo se acaba, ha apremiado. «Es de suma importancia que limitemos el aumento de la temperatura media mundial dentro del límite crucial de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales, ya que superarlo sería catastrófico».