Planeta Gómez Kaminsky: Quiero volver a casa... - Alfa y Omega

«Yo soñaba cada día poder alcanzar la playa, y ahora está tan cerca… Casi ya la puedo oler. Y espero cada vez más próximo el final». Con banda sonora de Xoel López se despidió de nosotros, y de su planeta, Daniela Gómez Kaminsky, mezcla de chiclanera y polaca, con un toque de Georges Moustaki y olor a tabaco negro, heredado de su abuela tía abuela. La nueva y la vieja Daniela, la escayolas, la conserja, la rara de la clase. Con Xoel. No podía ser de otra forma.

Las noches del Lara nos regalan, en su hall vestido para la ocasión, Planeta Gómez Kaminsky, un magistral monólogo de Álvaro Aránguez —olé, Álvaro. Tienes una pluma gloriosa, una imaginación colosal, una forma sobrenatural de tocar la nostalgia, la verdad y el corazón de quien te escucha—. El texto nos acerca a la vida de una joven de 20 años, Daniela, estudiante de periodismo que nos adelanta, desde el minuto cero de su disertación, que al día siguiente va a morir en un accidente de coche. Y por cierto, no sufran, lectores. No hago espóilers. Si leen la sinopsis de la obra en la hoja de sala, antes de entrar, se enterarán de lo mismo que yo ahora les adelanto.

Foto: Edu Collado.

Partiendo de esa premisa, el monólogo nos adentrará por los entresijos de los recuerdos de alguien que sabe que sus días tienen fin. ¿Si ustedes lo supieran, que harían las últimas 24 horas? DanielaAndrea Ros— recorre con ternura su infancia feliz, atrincherada en su propio planeta, del que no gustaba salir. También recuerda sus días de colegio, un poco más difíciles, y su adolescencia, en la que busca y no encuentra. Ésa ha sido su vida.

No les desvelo el final, pero no crean que la obra sólo es un juego de palabras, una detrás de otra, sobre la melancolía de la infancia perdida y la incapacidad de entender por qué estamos vivos. El texto —maravilloso, Álvaro, de nuevo— tiene carcajada, tiene ingenio, tiene sonrisa, y también tiene tristeza. Tiene inicio, tiene nudo y tiene desenlace. El desenlace.

Al final lloré. No quiero que se asusten, sólo fue de la emoción. Me embargó la tierna y triste historia. Y agradezco a la actriz, Andrea, que me llevase de la mano hasta esa emoción. Aunque pude llorar y reír durante todo el texto, y no lo hice. Reconozco que necesité en ocasiones ver a la actriz crecida, verla vivir en la piel el dolor, la nostalgia, y la risa.

Planeta Gómez Kaminsky

★★★☆☆

Teatro:

Teatro Lara

Dirección:

Corredera Baja de San Pablo, 15

Metro:

Callao

OBRA FINALIZADA