Pío XII, un Papa con su pueblo

En el 70 aniversario del bombardeo de la basílica romana de San Lorenzo, durante la Segunda Guerra Mundial, el Papa Francisco ha escrito a su Vicario, el cardenal Vallini, el quirógrafo (manuscrito del propio Pontífice) Defensor civitatis, en homenaje al Papa Pío XII. «A setenta años de distancia –escribe–, la conmemoración de aquel acontecimiento particularmente dramático quiere ser una ocasión para rezar por cuantos han desaparecido y para una renovada meditación sobre el tremendo azote de la guerra, así como una expresión de gratitud hacia quien fue padre solícito, Pío XII, quien en aquellas horas terribles demostró su cercanía al pueblo romano tan duramente golpeado: no dudó en correr inmediatamente, sin escolta, a las ruinas humeantes del barrio de San Lorenzo para socorrer y consolar a la población deprimida y para compartir su sufrimiento. Es ocasión inmejorable para recordar sus palabras: Nada se pierde con la paz, todo se puede perder con la guerra». Alude también el Papa Francisco al entonces Sustituto en la Secretaría de Estado, monseñor Montini, luego Pablo VI.