Personas sin hogar ni cobertura
La inclusión o exclusión de estas personas determina qué sociedad somos y, sobre todo, qué sociedad queremos ser
Es complicado saber con exactitud cuántas personas sin hogar hay en España, pero la semana pasada se dieron a conocer dos datos que deberían provocar un profundo debate social y llevar a la toma de medidas urgentes. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE), 28.552 personas sin hogar pasan por centros asistenciales de alojamiento o restauración en 2022, lo que supone un 24,5 % más que hace una década, cuando se realizó el último estudio de estas características. Además, solo en 2021, Cáritas atendió a 37.207 personas en situación de calle en sus 420 centros y recursos propios. Eso implica que en nuestras ciudades viven sin un techo al menos tantas personas como en municipios del tamaño de Lepe, Salou, Tudela, Don Benito o incluso Teruel.
Como denuncia Cáritas con motivo del Día de las Personas sin Hogar —que se celebra este domingo, 30 de octubre—, el gran problema es que la mayoría de ellas se encuentran Fuera de cobertura y «se van quedando al margen de las relaciones sociales, del espacio público normalizado». Al no tener vivienda, según datos del INE, muchas veces tampoco acceden a ayudas sociales ni a asistencia médica (dos de cada diez ni siquiera tienen tarjeta sanitaria); afrontan mayores dificultades en la búsqueda de empleo, y sufren violencia (la mitad han sido víctima de algún delito o agresión). Es una espiral que conduce a que el 59,6 % de las personas en situación de calle presenten algún síntoma depresivo, frente al 12,9 % de la población general residente en hogares.
Individualmente y como sociedad tenemos la opción de seguir mirando hacia otro lado, de seguir pasando de largo cuando nos encontramos con alguien tirado en la acera, o de detenernos y ver en qué podemos ayudarlo como hizo el buen samaritano (cfr. Fratelli tutti). La inclusión o la exclusión de cada uno de estos hermanos determina qué sociedad somos y, sobre todo, qué sociedad queremos ser.