Pepe Domingo Castaño: «Empecé con la radio en el convento»
El periodista deportivo acaba de publicar su biografía, Hasta que se me acaben las palabras, cuyos beneficios van destinados a Cáritas y a Aesleme. «Es mi forma de dar gracias a la vida por todo lo que me ha dado»
Comienza el libro hablando de la lluvia, de la muerte y del amor. Dice que ha amado más que odiado. Me ha recordado a san Juan de la Cruz y su «al atardecer de la vida nos examinarán del amor». ¿Qué espera del más allá?
La verdad es que el odio no lo tengo nunca en cuenta. Yo odiar, como se odia de verdad, no he odiado nunca. Me he llevado mal con algunas personas que me han decepcionado, pero nunca las he llegado a odiar. Y amor, sí. He recibido un montón de amor de todos los tipos: amor carnal, amor religioso, amor familiar, amor compartido… He tenido amores de todos los tipos y no me arrepiento de ninguno de ellos. Al más allá le tengo pánico.
Cuando relata su paso por el convento de los dominicos de Asturias, en un primer momento habla de tristeza. Tuvo que ser duro dejar su pueblo con 9 años. Más adelante, sin embargo, habla con mucho cariño de su paso por allí. ¿Cómo lo vivió?
Todos los que han vivido internos a una edad muy joven pensarán lo mismo que yo. Desplazarte a un lugar lejano, dejar a tu familia cuando estás tan ligada a ella, abandonar a tu pandilla cuando se acaba de formar… Dejar todo eso de golpe es muy duro para un chaval de 9 años. Lo que ocurrió es que me fui metiendo en el estudio. Me gustaba y empecé a sacar buenas notas. Cuando leo libros de gente que ha estado en un convento o monasterio y habla incluso de torturas, pues no sé… Para mí, dentro de la tristeza que tenía –porque era buen gallego y los gallegos básicamente somos tristes–, fue una vida extraordinaria. Aquella gente me trató maravillosamente bien. Mi paso por allí fue, sobre todo, un paso lleno de futuro. Me formé como un hombre íntegro, que se debe a los demás. También me hice consciente de que yo solo no puedo conseguir nada; de que no puedo hacerle a nadie lo que no quiero que me hagan a mí; de que hay que respetar todas las ideas, y de que se puede discutir, pero nunca dejar que las ideas te cieguen. Aprendí muchas cosas.
- Nació en Padrón en 1942, en una familia humilde. Tiene doce hermanos
- Comenzó a trabajar en 1964 en Radio Galicia. Ha pasado por la SER, donde empezó hablando de música, y por COPE, donde ejerce actualmente de animador en Tiempo de Juego. Tiene cuatro Premios Ondas
- También fue cantante, llegando incluso al número uno de las listas
Incluso a hacer radio.
Allí fue donde empecé. El padre Iparraguirre, del que me acuerdo mucho porque era muy simpático, un día dijo: «Vamos a montar una emisora para divertirnos. ¿Quién se presenta voluntario?». El primero fui yo. Entonces él cogió a tres, nos probó y dijo: «Tú, Castaño, vas a ser la voz». Y así fue. Fui la voz de aquella emisora. Hacíamos obras de teatro; cuando íbamos de viaje escribíamos la crónica; hacíamos entrevistas a los frailes… Cuando me fui a Palencia, al noviciado, el padre Iparraguirre se despidió de mí y me dijo: «Castaño, no sé si seguirás en la orden, porque ahora viene el noviciado y tendrás que decidir, pero que sepas que, si no sigues, vas a ser locutor de radio. Eres muy bueno y vales para esto». Aquellas palabras se me quedaron grabadas y se fueron haciendo sueño primero, y luego realidad.
Empezó haciendo radio en un convento dominico y ahora trabaja para los obispos. El Señor no da puntada sin hilo.
[Ríe] Recuerdo que cuando vine a COPE todo el mundo decía: «¿A dónde vas, hombre? Vas a estar rodeado de obispos por allí en el estudio». Y llegué un poco acojonado: «¿Dónde me meto?». Pero la verdad es que no vi a ningún obispo ni a ningún cura, y pensaba que la gente estaba muy equivocada con esta cadena. Nunca he tenido más libertad que cuando he estado en COPE. Libertad, cariño, comprensión, amor… En COPE he tenido mucho más que radio.
Lo que se recaude del libro va para Cáritas y Aesleme. ¿Por qué?
Primero porque yo creo que unos recuerdos, unas vivencias de uno mismo, cuando cuentan todo lo más íntimo de la vida, no se deben vender. No puedes vender tu propia intimidad. Y en segundo lugar, porque quería aprovechar para dar gracias a la vida por todo lo que me ha dado, que es más, seguramente, de lo que merezco. Pensé: «¿Cómo pago yo todo esto?». Pues la mejor manera es darle a los demás parte de lo que tengo. Así que espero que este libro sea un éxito para que Cáritas y Aesleme cobren mucho dinero y que vaya para gente que de verdad lo necesita.
Está siendo un éxito. ¿Qué le dice esta acogida de la gente?
Es lo más grande que le puede pasar a uno. Voy por la calle y la gente me dice: «Gracias por hacernos tan felices y por darnos a conocer lo más íntimo de tu vida, porque así te conocemos mejor». Eso es muy grande. No paro de recibir cariño. Ahora estoy en mi pueblo, Padrón, firmando ejemplares y la gente no deja de darme las gracias.
Pepe Domingo Castaño
Aguilar
2022
568
21,75 €